Los anteojos de Baskerville

Una de las noticias más relevantes en nuestro contexto de crisis ha sido la compra realizada por Walt Disney de la mítica escudería de superhéroes de la empresa Marvel por cuatro mil millones de dólares. Se unen así dos mundos opuestos, el de Disney, con Mickey Mouse y el Pato Donald a la cabeza, personajes mundiales del entretenimiento familiar, y el de los superhéroes con problemas, donde figuran el Hombre Araña, La patrulla X y cerca de cinco mil personajes más.

Editorial Marvel llevaba una racha de malas gestiones y casi estaba en la quiebra. Logró resucitar con el traslado de sus personajes a la pantalla grande. Lanzó al mercado del cine de acción, al que también revitalizó de paso, éxitos como La patrulla X, El increíble Hulk, Iron man y las tres entregas del Hombre Araña. Sólo la saga del arácnido ha generado dos mil 500 millones de dólares en todo el mundo, y franquicias como La patrulla X, más de mil 600 millones.

El efecto catálogo que esta alianza podría desatar, esto es, las consecuencias creativas de la operación, son aún imprevisibles. Hay quienes aseguran que veremos un cambio radical en las entregas de La patrulla X, ya que la productora Pixar, líder mundial en el campo de la animación digital, fue también adquirida por Disney hace tres años, seguramente para hacer lo que Marvel no pudo: dar el salto a las tecnologías tridimensionales.

Con esta alianza, Disney amplía su mercado demográfico, ya que los superhéroes de Marvel son del gusto masculino, algo que no tiene Disney, sus principales éxitos de taquilla ahora son los Jonas Brothers o Hannah Montana.

Es así que una de las primeras misiones para los superhéroes de Marvel será invertir la poca asistencia a los parques temáticos de Disney, que con esta alianza tiene ya asegurado el mercado de la infancia, la adolescencia y el siguiente escalón generacional de audiencia.

Quienes están verdaderamente inquietos con esta alianza son los millones de seguidores de los superhéroes, que ya ven a Hannah Montana haciendo dueto con el Hombre Araña, al increíble Hulk bailando a lo Gene Kelly con el Pato Donald y a Mickey Mouse integrándose a Los vengadores. Y es que todo puede suceder, su única certeza es que a partir de ahora, nada será igual.

Lo anterior es una muestra de cómo las nuevas redes de comunicación simbólica y su desdoblamiento han venido masificando el uso de las novedosas vías digitales, y de cómo estos nuevos medios en sus diversas etapas de perfeccionamiento han cambiado profundamente la cadena de valorización de la cultura.

Los procesos de concentración e internacionalización de la industria del entretenimiento y sus técnicas de producción, lanzamientos y relanzamientos basados en el star sistem (Jonas Brothers), en los remakes o retakes (El Hombre Araña) o bien en las sagas de producciones exitosas (Batman), son motivados por la consolidación de una demanda fiel a una especie de "efecto catálogo" de omnipresencia múltiple.

Este tipo de operaciones permiten a empresas como Disney hacer que los éxitos compensen a los fracasos, los productos masivos a los minoritarios, los estandarizados a los innovadores, los de venta rápida a los de larga vida comercial, ya que la creación, producción, edición, reproducción, distribución y comercialización, a través de parques temáticos, cadenas televisivas, discográficas, etcétera, son los escalones de su actual configuración económica.