Lunes, 02 de Diciembre 2024
Cultura | Por Carlos Lara G.

Los Anteojos de Baskerville

El patrimonio cultural haitiano

Por: EL INFORMADOR

El Patrimonio Cultural de la Humanidad cuenta en la actualidad con un número importante de instrumentos internacionales para su preservación. Existen incluso protocolos de protección en caso de conflictos causados por el hombre. Lo que no existe, ni podrá existir, son documentos internacionales con efectos vinculantes para frenar los estragos de los desastres naturales y la rapiña que estos generan.

La tragedia por la que atraviesa el pueblo de Haití comienza a registrar venta ilegal de bienes culturales, de tal manera que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha lanzado una campaña para proteger del pillaje el patrimonio cultural mueble, particularmente las colecciones artísticas conservadas en museos, galerías de arte e iglesias que sufrieron destrozos.

La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, envió el miércoles pasado una nota al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, solicitando su apoyo para evitar la dispersión del patrimonio cultural haitiano. Pidió la intervención del enviado especial de Naciones Unidas en Haití, así como de las autoridades encargadas de la coordinación general de la ayuda humanitaria y del Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, a fin de que garanticen por todos los medios a su alcance la seguridad de los sitios en los que se conservan obras de arte. Además, reclamó al Consejo de Seguridad, así como a la Interpol y a la Organización Mundial de Aduanas, considerar la adopción de una resolución que establezca la prohibición temporal del comercio y transferencias de bienes culturales haitianos. Al mismo tiempo, trataba de movilizar el apoyo de la comunidad internacional en materia de museos, tales como marchantes de arte, para aplicar la prohibición, puesto que algunos bienes podrían estar saliendo del país y ser subastados por internet.

En ese sentido, el Consejo de Seguridad estudia ya la posibilidad de adoptar una resolución general que abarque diversos aspectos o bien una específica orientada a este problema. Y es que en la UNESCO no se olvidan las de experiencias de Afganistán e Iraq. Existe la preocupación de que los cazadores de tesoros puedan estar excavando en los escombros de monumentos culturales tales como el antiguo palacio presidencial, la catedral de Puerto Príncipe y los edificios de Jacmel, vestigios de la ciudad colonial francesa del siglo XVII, que el gobierno haitiano pretendía proponer a la UNESCO para que fueran inscritos en la lista del Patrimonio Mundial.

Sé que no es apropiado decirlo, pero afortunadamente, la tragedia dejó sin daños el palacio real y la majestuosa fortaleza del único sitio cultural que Haití tiene inscrito en la Lista de la UNESCO, el Parque Histórico Nacional, Ciudadela, Sans Souci Ramiers.

En los próximos meses, la UNESCO tendrá la importante misión de restablecer el tejido social de Haití con el apoyo de la comunidad internacional. En este largo proceso de restauración, el patrimonio cultural haitiano será una fuente inestimable de identidad y orgullo. Por esa razón y otras más, es una vergüenza que en medio de la tragedia, el principio de responsabilidad colectiva se vea opacado por profesionales del hurto que intentan vender los bienes culturales de una nación devastada. Aunque me atrevo a decir que es casi entendible, considerando la situación por la que pasan. Lo que es profundamente condenable, además de vergonzoso, es la existencia de rufianes que deseen comprarlos.

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