Lunes, 02 de Diciembre 2024
Cultura | Por: Carlos Lara

Los Anteojos De Baskerville

El PAN y la otra cultura

Por: EL INFORMADOR

Por primera vez en mucho tiempo estoy de acuerdo con una iniciativa del Partido Acción Nacional (PAN) en el terreno de la cultura gay. Peor aún, estoy de acuerdo con Onésimo Cepeda, cielos, jamás creí que llegaría a decir algo así. Se trata de la acción de inconstitucionalidad que presentarán los asambleístas del PAN ante la Comisión de los Derechos Humanos del Distrito Federal, en contra de un improvisado arranque progresista del PRD que terminó por aprobar una serie de reformas al Código Civil y de procedimientos civiles, para permitir el matrimonio y la adopción de menores a parejas del mismo sexo.

Respecto a la unión entre personas del mismo sexo en lo personal no veo problema alguno, siempre y cuando no pretendan equiparlas a la institución de la familia, puesto que son dos cosas distintas. Para el polémico obispo del Estado de México, Onésimo Cepeda, la modificación legal que permite los matrimonios homosexuales en la ciudad de México es una estupidez (no es en esto en lo que estoy de acuerdo con el prelado) antes bien, me parece lamentable la descalificación.

Estoy de acuerdo en la valoración que hace de la familia y las sociedades de convivencia, pues acertadamente sostiene que no se trata de un matrimonio en sentido estricto, y si no es un matrimonio no puede formar un hogar y si no puede formar un hogar, no puede tener hijos.

Ahora bien, en el terreno de la adopción, esta vez el PAN tiene razón al argumentar que las reformas impulsadas carecen de sensibilidad, pues no consideran principios fundamentales del derecho internacional como el interés superior de la niñez, esto es, que las sociedades y gobiernos deben realizar el máximo esfuerzo posible para construir condiciones favorables a fin de que los niños puedan vivir y desplegar sus potencialidades.

Lo anterior obliga al Estado, independientemente de las coyunturas políticas, sociales y económicas, a ofrecer los recursos posibles para garantizar este desarrollo. En ese sentido, la Comisión de los Derechos Humanos del D. F., está obligada a pronunciarse en contra de la adopción porque violaría las garantías de la niñez. Generalmente no comparto los puntos de vista de la iglesia en el terreno de las obligaciones del Estado.

Por cierto, hace un par de días un amigo editor de Querétaro me compartió una serie de reflexiones en torno al derecho penal, pertinentes cuestiones de ámbito jurídico, entre las que destaca la premisa de que si para la iglesia la píldora del día siguiente es ya un aborto, entonces debemos la masturbación masculina sería un homicidio, sólo habría que determinar si prematuro o premeditado. Y en ese mismo sentido, el sexo oral sería canibalismo, el “coito interruptus” abandono de menor, y el uso del condón homicidio por sofocamiento.

Volviendo al tema, considero que tanto la iglesia como la barra de abogados católicos deben continuar su legítimo reclamo en contra de las adopciones, pero sin ofender ni descalificar como lo han hecho, a quienes piensan y actúan diferente a las leyes de Dios, sobre todo teniendo esta vez argumentos de sobra.

Por el momento el PAN necesita dos cosas, la primera es convencer al PRI y al Verde Ecologista para reunir las 22 firmas de legisladores requeridas para iniciar la acción de inconstitucionalidad. La segunda, ser más tolerantes con la cultura gay, en particular con la unión entre parejas del mismo sexo, es más debería ejercerla, de esta manera no tendría tantas parejas reprimidas entre su militancia y entre sus servidores públicos.

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