Viernes, 27 de Septiembre 2024
Cultura | Nuevas formas, fusión de estilos

Lo que hago es lo que soy: Fernando Sandoval

El artista plástico y músico entra en una nueva etapa creativa y estrena proyectos musicales, como Broken Flowers

Por: EL INFORMADOR

El artista en su estudio, junto a la pieza Have you kissed your art collection today?  /

El artista en su estudio, junto a la pieza Have you kissed your art collection today? /

GUADALAJARA, JALISCO (11/DIC/2011).- En la obra de Fernando Sandoval (Guadalajara, 1972) conviven abstracto y figura; retrato e instalación; moderno y contemporáneo; clásico y pop. Diversos estilos plasmados en diversos soportes: desde el lienzo, el papel fotográfico y distintos materiales que son manipulados para tomar nuevas formas, hasta la luz que transmite el video digital y el aire que transporta las notas musicales. Imágenes, objetos y sonidos cuyo único punto de convergencia es su propia fuente: el mundo interior del artista.   

Es quizá esa diversidad de técnicas y estilos la que le impide a Fernando ubicarse a sí mismo en una categoría, ni con los híper-modernos ni con los conceptuales: “todo lo que hago tiene que ver con lo que vivo” afirma al tratar de definir su obra, “todo tiene un tono muy personal”.

Así, su famosa serie de visores de juguete Memory Lane, surgió en un momento de nostalgia por su infancia. Una escultura de cerámica con forma de almohada, es la huella que dejó su ex mujer la última noche que durmió en casa. E incluso sus imágenes más políticas fueron realizadas cuando el miedo por la violencia generalizada en México alcanzó su entorno cercano: “mis hijas estaban muy inquietas con el tema de la seguridad y los narcobloqueos, y simplemente se me ocurrió, como casi todas las cosas que hago” comenta sobre su serie de banderas mexicanas y norteamericanas intervenidas, “pero en general no trato temas universales o sociales. Nunca he sido ese tipo de artista”.

Comunicólogo egresado del ITESO, pintor y músico autodidacta, padre y recientemente abuelo, Fernando Sandoval es probablemente uno de los artistas mexicanos más completos de su generación. A sus 39 años cuenta con más de treinta exposiciones colectivas y veinte individuales, tanto en su Guadalajara natal como en otras ciudades de México, Argentina, Australia, Estados Unidos y España. Tiene varios catálogos publicados de su obra y ha compartido espacio con grandes maestros del arte nacional e internacional como Diego Rivera, Frida Kahlo, Francisco Toledo y Anthony Browne. Y, quizá menos visible, pero no menos satisfactorio: puede darse el lujo de vivir del arte.

Porque no siempre fue así. Al salir de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación –la cual se vio un tanto obligado a seguir por la presión familiar—, trabajó como copy en agencias de publicidad, fue freelance en casas productoras de video, musicalizó películas para video en los noventa, e incluso llegó a tener su propia agencia de jingles.

Mientras tanto, la pintura era su principal pasatiempo, arte en el que incursionó sin haber tomado nunca una sola clase de dibujo. Pero su disciplina, perseverancia y talento nato le permitieron perfeccionar poco a poco su técnica y encontrar con el tiempo un lenguaje propio.    

“Empecé pintando lo que podía: manzanas, alebrijes, cosas así”, recordó Sandoval, “y un día un cuate que se dedicaba a hacer subastas vio mi obra y me pidió cinco cuadros que se vendieron a la primera. Me empezó a ir muy bien y de repente ya ganaba mucho más con los cuadros que con la agencia”.

Fernando reconoce que fue ese episodio el primer punto clave de su carrera artística: cuando entre su entonces esposa y su primer agente Alejandro Rodríguez, le hicieron darse cuenta que en verdad podía vivir de la pintura como siempre había deseado. Dejó a un lado la publicidad y comenzó su camino en el circuito indie del arte.

Trampolín a la fama


Fue un camino poco común: su primera exposición individual a los 25 años El origen de la mirada, ocupó toda la planta alta del Ex Convento del Carmen de Guadalajara, “algo bastante extraño para un chavo que no tenía nada de carrera”, dice Fernando.

Igual o más sorprendente fue para el consejo curatorial del Museo Dolores Olmedo de la Ciudad de México, cuando la propia “Doña Lola” (1908-2002) –una de las más reconocidas coleccionistas de arte e importante personaje de la cultura del siglo XX— invitó al joven pintor a exponer en el recinto con la mayor colección de ‘Fridas’ y ‘Diegos’ en el mundo.

“No sé cómo llegó a sus manos, pero la señora vio mi catálogo y me mandó buscar a Guadalajara.  Ella pensó que era un señor, y cuando llegué se impresionó con mi edad y me ofreció encargarse de mi carrera en el DF, me invitó a hacer un catálogo y dos exposiciones”: Ver, a mi pesar en 1998 –un conjunto de pinturas en grandes formatos montadas en una sala para jóvenes artistas—, y Al tiempo de partir en el 2000, ésta en las salas principales del museo, lo que convirtió a Sandoval en el primer artista vivo en exponer en ese espacio.  

Y de ahí para adelante y sin escalas. Los primeros ocho  años exclusivamente dedicados a la pintura y el dibujo, y después incursionando también en la fotografía, la escultura, instalaciones, video y hasta obras conceptuales. “Pero la pintura sigue siendo mi fuerte, es de lo que vivo”, aclara Sandoval, quien busca dividir su tiempo entre los cuadros por encargo –principalmente retratos, con valor de entre 4 y 5 mil dólares—, y su obra de autor.     

Artista multidisciplinario


La música, por otra parte, ha acompañado a Fernando Sandoval incluso antes que la propia pintura: “Empecé en Monterrey, donde viví, y ahí tuve mi primer grupo con Alejandro Rosso de Plastilina Mosh, con quien todavía colaboro haciendo la parte visual de su banda, en algunos proyectos musicales, y a veces tocando con ellos la batería”.

Uno de los dos proyectos musicales de Sandoval, Kim Jong Sound de hip-hop y acid jazz, es también en conjunto con Rosso y Chelo Garza, mientras que el de rock electrónico Broken Flowers–cuyo nombre fue inspirado en la película del cineasta Jim Jarmusch—, es individual. “Yo hago la música, produzco y me graban mis amigos con quienes trabajo por internet. También hago las letras, el diseño y el arte”, afirmó.

Así que Fernando Sandoval es un artista de tiempo completo, que a la pregunta ¿qué te gusta hacer cuando no trabajas? respondió: trabajar. “No descanso los domingos, prefiero estar pintando o haciendo música que estar en mi casa. Mis descansos son regresar al estudio a pintar los que no son encargos”.

Fue precisamente en su estudio, ubicado en la colonia Americana, que el artista charló con este diario.

— ¿Qué relación hay entre tu faceta musical y visual?

— No las puedo separar porque estoy aquí pintando y de repente me siento en la batería y me sale algo de música y me pongo a componer, y la misma rola que estoy componiendo me da pauta para los cuadros. Es complementario. Un cuadro me puede llevar a una rola y viceversa.

— ¿Cuáles consideras que son los grandes temas implícitos en tu obra?

— Creo que no tanto temas, sino que lo que proyecto con mi obra es la evocación: mediante rostros, paisajes, desnudos, como quieras, pero el tema rector de mí obra creo que es ese: la evocación de sentimientos. Ya se abstracta, figurativa o escultórica genera algo, recuerdos de infancia, situaciones o sentimientos. Cada pieza que hago te da felicidad, nostalgia, tristeza, o te hace recordar. Cuando pasa eso, sé que la pieza está terminada.

— ¿Cómo relacionas tu momento actual con el trabajo que estás haciendo?

— En este momento siento que mi obra está empezando a madurar, así como yo. Cada vez pinto menos, pero piezas más pensadas, series más trabajadas. Siento que es mi etapa de ahorita, de maduración del trabajo, del oficio, de la propuesta artística, y también en mi vida personal.

— ¿Qué es para ti la belleza?

— Yo creo que es como un estado de querer poseer algo. Cuando algo es bello lo quieres tener, ser parte de eso. Puede haber muchas formas, la belleza física, espiritual, la belleza de una situación. Querer disfrutarlo, para mí eso es belleza.

— ¿Por qué decides hacer una pieza como ‘Have you kissed your art collection today?’ (¿Has besado tu colección de arte el día de hoy?, frase escrita sobre una pizarra negra)

— Es un comentario con un poquito de humor negro. La pensé en una de estas ferias zona MACO en Monterrey, después de estar ahí cuatro días oyendo el bluf o el cariño que los coleccionistas tienen por sus obras de arte. De ahí nació esta pieza que después fue expuesta en Nueva York.

— ¿Crees que puedes hacer obras así porque tienes un trabajo que lo respalda? ¿O cualquiera con una buena frase puede hacerlo?

— Ese es el eterno debate de qué es arte contemporáneo y qué no. Yo sí creo que el artista debe tener un oficio, una trayectoria y una carrera que lo respalden para sustentar este tipo de piezas. Yo tengo 15 años de oficio: pintando y haciendo todo tipo de labores que un artista visual debería de hacer, y creo que sí es necesario para que la pieza valga. Cualquiera podría tener una frase incisiva o de crítica, pero si no hay mucho más antes o después, se queda en grafiti.

– ¿No crees que se haya abusado del concepto en el arte?

— Sí totalmente, pero tú te quedas con lo que vale la pena como espectador. Y como consumidor de arte tienes que filtrar. Igual hay un abuso en la pintura y en la escultura. Es simplemente quedarte con lo que crees que vale la pena.

— ¿Qué crees que puede hacer destacar a alguien?

— A parte de tener talento y una propuesta interesante, es necesaria una estrategia de marketing, porque de repente los artistas dejan del lado esa parte que es importantísima. Si hoy no tienes una buena estrategia de marketing, medios, redes sociales, pues te vas a quedar ahí, y si te quedas ahí no vendes, y si no vendes no puedes producir. Desgraciadamente tienes que entrarle al sistema y fortalecer esa parte para poder crecer la parte de artista, a menos que tengas una herencia enorme o puedas vivir de otra cosa.

— Y los mecenazgos, ¿qué tan importantes fueron en tu carrera?

— Tuve apoyo de Dolores Olmedo, Carlos Álvarez del Castillo y Alejandro Rodríguez,  que en su momento fueron básicos, imprescindibles. Empezando con Alejandro que fue el que me dijo que veía talento en mí, y empezó a vender mis cuadros, sin él no me hubiera animado. Después Carlos fue un apoyo económico muy importante porque patrocinó varias de mis exposiciones. Y el contacto con Dolores Olmedo fue un gran trampolín a los mercados internacionales, fue la primera persona de peso dentro del arte que creyó en mí.

— ¿Te identificas con alguna corriente artística del pasado o del presente?

— Del pasado, con el rollo de los ochentas en Nueva York: Basquiat, Warhol, Baselitz. Esta onda de romper con lo inmediato atrás a ellos, el nacimiento del arte infantil, le llaman unos. Este tipo de arte muy libre, muy de la calle, es lo que más me llama la atención. Y es un movimiento que también alcanzó a la música, con bandas como Joy Division, New Order y David Bowie.

— ¿Cómo te gustaría ser recordado?

— Como una buena persona, más que como un buen artista: como un buen amigo, un buen papá, una buena pareja. El arte sí me importa porque de esto vivo, pero las personas que no saben que soy artista, nunca se lo imaginan, me reconocen más por otras cosas, como ser generoso con las personas que están a mí alrededor. Trato de hacer las cosas sin recibir nada a cambio.


''Cualquiera podría tener una frase incisiva o de crítica, pero si no hay mucho más antes o después, se queda en grafiti.''
Fernando Sandoval, artista plástico.

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