Las abuelas del siglo XXI deben renovarse

GUADALAJARA, JALISCO (06/DIC/2013).- Guadalupe Loaeza es adorable, sí, adorable. Es simpática y dicharachera, sus manos no se mantienen quietas, es inevitable no verle esos anillos enormes que porta en los dedos cada vez que levanta las manos y realiza expresiones faciales que terminan por contagiar de buen humor a todos. La escritora de la generación de las "niñas bien" llega a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara  y se pasea en ella como si estuviera en casa, tiene varios libros que promover, es una abuela moderna, de éstas del siglo XXI completamente renovadas que tienen que vivir en un mundo donde la tecnología es el pan de cada día.

La cita con sus seguidores, en su mayoría con contemporáneas que disfrutan de sus nietos al igual que ella es a las 17:00 horas, varias señoras ya la esperan ansiosas, incluso algunas entraron al salón Agustín Yáñez antes de que comenzara la charla, pues el paso de los años ya no es igual que cuando eran jóvenes, por lo que el cansancio las apremia. Y llega Guadalupe, cubierta con un abrigo rojo que la resguarda del frío imperante del aire acondicionado, la escritora viene escoltada por Carlos Aliaga de editorial Endira con quien ella publica el manual "Los secretos de la abuela".  

Esta especie de diario para las consentidas de la casa, pertenece a la colección de "El arte de ser abuela". Loaeza que ha publicado más de 40 libros brinda una especie de bitácora donde las mujeres que viven en la plenitud de la edad pueden ir escribiendo y planeando su día a día, desde aquellas actividades que realizarán, la hora en que deben tomarse sus medicamentos, así como los secretos mejor guardados que tienen, aunque claro, como dice "Mamá Lú" (como cariñosamente la llaman sus nietos), "hay de secretos a secretos". Ella tiene los suyos como todo el mundo, pero sólo guarda aquellos más atesorados.

"¡Claro que tengo secretos! Son parte de nuestra identidad, nos refieren a nuestro pasado, hay en todas las familias y nos volvemos cómplices, hay unos que son muy íntimos, unos (que en antaño) nos asustaban mucho, y con cierta vergüenza los compartíamos con el sacerdote o con una buena amiga. Por ejemplo, recuerdo la primera vez que me dieron un beso en el estacionamiento de un club en Polanco, no fue un beso apasionado, pero me dio mucho miedo".

En la magnitud de esas confidencias, a la autora le interesa y se pregunta qué incógnitas guardarán  estirpes como los Kennedy, o la marca Coca Cola, expectante, recuerda cuando nadie sabía que la abuela de México, Sara García, era lesbiana y lo ocultó por mucho tiempo. "Los secretos siempre están presentes".

Obligaciones y derechos de las abuelas

Guadalupe Loaeza se asume como una abuela que quiere y se deja querer, en ese sentido dice que todas las que comparten la dicha de tener nietos, deben saber que tienen derechos y obligaciones. "Hay que estar disponibles para ellos, compartir tiempo, la obligación es establecer una alternativa genuina de complicidad desinteresada. Yo estoy tan feliz con mis nietos, agradecida de su existencia porque se establece un afecto muy distinto al de los padres".

Precisamente en el libro que promueve, Guadalupe brinda tips y consejos sobre cómo las abuelas deben adentrarse a las redes sociales  como el Twitter y el Facebook, dice a sus escuchas que no le tengan miedo a la computadora, les dice que no sean mujeres insoportables, porque luego los nietos no buscarán la manera de acercarse a ellas, les recomienda estar siempre bien aseadas y les da un abanico de posibilidades sobre cómo manejar sus finanzas y testamento.

También hay espacio para álbum fotográfico, la intención es que este libro esté siempre muy cerca de las abuelitas. "Se va a convertir en algo muy personal y muy propio. Más adelante habrá agenda para el abuelo. Hay muchos proyectos con la casa Endira".


EL INFORMADOR / ENRIQUE ESPARZA