La reinvención de la tragedia

GUADALAJARA, JALISCO (17/DIC/2010).- Prepárese. Descubrirá sensaciones en rincones de su cuerpo que no sabía que existían. Sentirá que la sangre avanza a la temperatura del fuego. Las cenizas de Incendios lo perseguirán.

Usted es parte de la escena. Se sube a ella. Se sienta alrededor de siete mesas de madera. Largos hilos de luz color miel alumbran ese pequeño rincón del Teatro Experimental. Es hora de descubrir la reinvención que el dramaturgo Wajdi Mouawad ha hecho de la tragedia de Edipo. El director de la puesta en escena, Hugo Arrevillaga Serrano, espera a los asistentes, los saluda  y desaparece para manejar cada detalle de esta quirúrgica obra teatral, que explora la importancia de resguardar la memoria, las raíces.

Después de cinco años de silencio absoluto, Nawal rompe el cerco de sí misma y pronuncia sus últimas palabras: “Ahora que estamos juntos, todo estará mejor”. En su testamento deja instrucciones a sus hijos gemelos, Julia y Simón,  para que busquen a su padre (al que creían muerto) y a su hermano (del que ignoraban su existencia).

Ambos regresan a Líbano para reconstruir el pasado de su madre, quien a los 15 años se embaraza. Su familia la esconde y decide regalar a ese primer hijo. Antes de morir, la abuela de Nawal le pide que luche por encontrar a ese pequeño que le arrancaron de su vientre y que aprenda a leer y escribir, para que cuando lo logre, regrese a su tumba a escribir su nombre. La palabra, pues, como única arma ante la vida.

Cuatro años después, Nawal regresa a escribir el epitafio de su abuela: se convierte en una leyenda por ser la primera mujer que conoce la palabra escrita en ese pueblo. Ahí comienza la búsqueda de su hijo y en su camino la alcanza la guerra civil libanesa, desatada en 1975. Pero serán los hermanos gemelos, Julia y Simón, quienes reconstruyan el pasado de su madre hasta encontrar lo que la sepultó en el silencio.

En las dos horas 40 minutos del montaje de la compañía Tapioca Inn, de la Ciudad de México, usted abrirá puertas de su memoria y descubrirá que “somos casas habitadas por un inquilino del que no sabemos nada”, según ha descrito el poeta del escenario, Wadji Mouawad, quien nació en Beirut, donde contempló cómo un autobús repleto de refugiados palestinos fue acribillado por las milicias cristianas. A los ocho años de edad salió con su familia a París y posteriormente a Montreal, donde comenzó a escribir la saga titulada La sangre de las promesas, de la cual, Incendios es la segunda obra.

Con este montaje revivirá la muerte, recordará las palabras de su abuela, se paralizará y querrá gritar cuando sienta que lo atraviesan las ráfagas de una guerra que no le pertenece y cuando visualice a una mujer que contempla  el asesinato de sus hijos (y pensará, entonces, que se trata de México y no de Medio Oriente). Y ponga atención cuando Karina Gidi (Nawal) hable: descubra qué siente al escuchar la modulación precisa de la voz la actriz y su fuerza histriónica sobre las tablas. Explore sus pasadizos secretos, deje a sus animales salvajes en libertad, conózcalos.

Wajdi Mouawad deja una bomba en el escenario que desata una guerra en el interior de cada testigo. Ayer, en la primera presentación en el Teatro Experimental de la corta temporada que concluye el domingo, el público dejó que sus océanos se desbordaran y al final, se paró, aplaudió hasta el cansancio y miró con agradecimiento a los actores, porque, después de Incendios, nada volverá a ser igual.

EN DETALLE

La compañía capitalina Tapioca Inn presenta Incendios, del dramaturgo Mouawad. Ha sido considerada como una de las mejores puestas en escena en el país este año. Participó en la pasada Muestra Nacional de Teatro, que se realizó en noviembre en Guadalajara. La obra regresa a la ciudad a través de Cultura UDG, con una breve temporada que inició el miércoles y concluye este domingo. Las funciones son a las 20:00 horas, y el domingo, a las 18:00 horas, en el Teatro Experiental. El costo es de 100 pesos.