GUADALAJARA, JALISCO (11/MAY/2017).- El editor y escritor mexicano Julio Trujillo llamó a las nuevas generaciones a despojarse de prejuicios; a dejar de pensar en la poesía como cosa de románticos del siglo XVIII, y a que pierdan el miedo por un género que, sostuvo, es “como escuchar música, pues tiene rimas, metáforas y ese poder de transmitir sentimientos a través del ritmo”.Luego de presentar “El acelerador de partículas”, editado por el sello Almadía, Trujillo explicó que, en él, regresó a temas básicos de la poesía, el amor, las coincidencias, los deberes cotidianos, besos y el caos universal, porque quiso plasmar de una manera metafórica las cosas simples de la vida. Respecto al título del libro, comentó que decidió nombrarlo así debido a una teoría científica que explica que un acelerador de partículas “es un instrumento que sirve para acelerar a gran velocidad partículas, utilizando campos electromagnéticos, a fin de que éstas choquen con otras partículas. Con el choque se generan nuevas partículas, las cuales son muy inestables y desaparecen en milésimas de segundo”.Reconoció que aunque no es científico quiso usar este experimento como una metáfora de las casualidades que experimentamos a lo largo de nuestras vidas, de cómo las personas somos esas partículas que chocan constantemente con otras y ese choque provoca una serie de coincidencias que permiten el caos universal.Una poesía más cercanaRespecto a los retos que enfrentó al escribir poesía de temas cotidianos, el autor de libros como “Sobrenoche” (2008) y “La burbuja” (2012), señaló que es complicado usar las palabras adecuadas y describir de una manera coloquial pero metafórica los objetos y acciones de la vida de una persona. “No es lo mismo describir una manzana simplemente con lo que puedes observar de ella, a describirla de una manera metafórica, con las palabras adecuadas que trasmitan un sentimiento”, afirmó.Aclaró que con este libro no busca hacer poemas que se queden en el ejercicio intelectual, sino hacer un tipo de poesía que regrese a los temas más simples, los cuales transmitan al lector un sentimiento de identificación. “Los temas del libro surgen de la vida cotidiana, una pareja, un beso, la paternidad y las labores del día a día fueron mi inspiración para esta obra”, expresó.