La palabra es poesía e invocación: Ihonnattan Ruiz

GUADALAJARA, JALISCO (08/SEP/2012).- Los caminos sirven para encontrarse. Los laberintos para perderse. Ihonnattan Ruiz es un teatrero jalisciense joven. Su trayectoria ha estado marcada por la búsqueda, las preguntas, las rupturas, el amor y la muerte. Es líder del grupo El Tlakuache, que presenta hoy en el Teatro Experimental la puesta en escena Zorbas, un trabajo que Ruiz escribió pensando en su pequeña hija. También presenta hoy La oruga muy hambrienta, a las 13:00 horas en el Teatro Diana.

Ihonni, como le dicen sus amigos, encontró en los títeres un vehículo de comunicación con el mundo y consigo mismo. Señala que el poder del teatro es un asunto de intimidad, que el ser humano —a pesar de las épocas contemporáneas— en el fondo es el mismo, tan cierto como que Shakespeare sigue siendo un clásico. Le importan más los grandes héroes que la catarsis y sigue posicionando a la palabra como el gran pilar de la poética escénica.

—¿Dónde sitúas el poder del teatro ahora?

—El teatro es poderoso en cualquier momento. El poder puede ser social e íntimo, puede despertar pequeñas consciencias. No masivo, si no de uno en uno.

—Hemos pasado la era de la información, el mundo virtual ¿a qué va el espectador al teatro?

—Si bien hay más tecnología hoy en día, el humano no ha cambiado. El humano sigue siendo el mismo, va al teatro a entretenerse, reflejarse y a ponerse en crisis. No creo que tenga que ver con la era de la información. El humano sigue siendo, por eso Shakespeare es tan potente... Uno va al teatro justo a encontrarse y a perderse.

—¿Crees que hay una personalidad de teatro jalisciense en México?

—No, pero creo que es afortunado que sea así. No hay una sola voz, qué flojera sería tener una sola casilla para Jalisco. No hay una identidad de teatro, seguimos siendo islas ajenas. Hay muchas ‘identidad’ y ninguna identidad.

—Dice Peter Brook que la catarsis es un concepto que hemos comenzado a olvidar ¿crees que la gente hoy está dispuesta a la catarsis?

—Creo que como término poca gente lo conoce. Lo vive porque se empata con la historia, sufre con el personaje y al final tienes un alivio o una catarsis. Pero una vez que la vives qué haces con eso... como término quedará olvidado y le darán otro nombre... Eso es lindo en el arte del teatro poderse empatar...

—El teatro y cine ¿se han alejado?

—Creo que se han alejado y se han acercado y cada una tiene sus técnicas, pero se nutren una de otra. El teatro de títeres piensa mucho como el cine porque piensas con imágenes y metáforas, y el cine también piensa en el sistema del teatro como Lars Von Trier en Dogville que es una cosa muy teatral. Son cosas paralelas. Pero son distintas.

—¿Crees que el teatro se ha alejado de los clásicos?

—Creo que se ha transformado. Los clásicos siguen diciendo cosas, siempre dirán cosas muy humanas y será imposible no emparentarse.

—¿Qué tiene de tragedia griega el regreso del PRI a Los Pinos?

—En realidad me parece una farsa, una cosa triste y dolorosa. Después de tantas voces que estábamos en contra, la gran mayoría sigue adoptando la televisión como su religión, pero eso motiva a que nuestro teatro sea como mucho más potente y más claro en lo que hacemos. Tendría que ser un poco más social en lo que decimos y lo que hacemos. Nadie va a dejar de hacer teatro porque el PRI regresó, creo que tenemos que hacer más teatro, con mucha más precisión.

—¿Crees en la división de las artes?

—No creo. Tienes que saber de otros medios porque así tu medio es amplio.

—La danza sirve para evocar y sentir cosas que las palabras no pueden nombrar, la palabra dice cosas pero no todas. ¿Para qué se dice el teatro?

—La palabra es poesía y es invocación. La palabra es muy potente. Lo que dices puede invocar al universo y eso regresa. Por eso uno debe nombrar lo que quiere. El poder de la palabra es grande pero no es todo. Hay imágenes que no se pueden nombrar. Pero no puedes quitarle el poder a la palabra, el teatro es imagen y palabra, y palabra viva a diferencia de otras artes.

—La crisis ¿nos hará mejores?

—La palabra implica posibilidades. Los cambios dan miedo, porque no sabes cuál es el camino. Uno piensa que es mejor el camino ya recorrido y uno se aferra. La crisis es posibilidad y hay que aventarse. Cada montaje es ponerte en crisis. Dudar de lo que hiciste, de lo que eres y por qué eres así... Desde que me acuerdo estoy en crisis... Es un crisol también doloroso y necesario.

—¿Para qué sirve la libertad?

—Qué bonita pregunta... Mmmm... para volar.

Dolores Tapia