Cultura | Su amor por los libros se refleja en todos sus ámbitos La obra poética de Alí Chumacero, es breve pero intensa El poeta nayarita Alí Chumacero, es recordado como uno de los más importantes poetas del siglo XX mexicano y como un amante de las letras y de los libros Por: NTX 8 de julio de 2013 - 10:49 hs Chumacero es reconocido por haber sido maestro de una importante generación de escritores e intelectuales. ARCHIVO / CIUDAD DE MÉXICO (08/JUL/2013).- El poeta nayarita Alí Chumacero, quien mañana habría cumplido 95 años, es recordado como uno de los más importantes poetas del siglo XX mexicano, un gran corrector de pruebas que hizo escuela en el Fondo de Cultura Económica (FCE), pero sobre todo como un amante de las letras y de los libros, a los que se acercó por primera vez y de manera definitiva en su época de educación primaria. Testimonio de ello es el trabajo "Palabras en reposo", una amplia biografía de viva voz que fue producida por ediciones Pentagrama en 2010, a partir de entrevistas de Jorge Asbun Bojalil, en las que él mismo va desgranando las etapas de su vida. Chumacero cuenta cómo fueron sus primeros años, sus inquietudes artísticas que saltaron de las clases de piano impuestas, su gusto por el dibujo y su participación en un grupo teatral, a su verdadera pasión: las letras, primero leyendo de todo y luego escribiendo crítica literaria y poesía. Juan Gelman, Carlos Montemayor, Marco Antonio Campos, Hugo Gutiérrez Vega y el propio Jorge Asbun hablan de su obra poética, tan breve como intensa; apuntes que redondea el propio Chumacero con recuerdos o acotaciones; así como con los versos que lo han hecho trascender, tal es el caso de "Inolvidable" o "Losa del desconocido". Alí Chumacero nació en Acaponeta, Nayarit, el 9 de julio de 1918. Crítico, reseñista, editor, tipógrafo, columnista, maestro, amigo y, por encima de todo, poeta; uno de los grandes cultivadores del género en toda América Latina, aunque sólo tenga tres libros: "Páramo de sueños" (1944), "Imágenes desterradas" (1948) y "Palabras en reposo" (1956), que le merecen un lugar en la historia de las letras mexicanas. De origen humilde, realizó sus primeros estudios en su natal Nayarit para luego trasladarse a Guadalajara, Jalisco, y más adelante al Distrito Federal, donde estudió Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y en El Colegio de México. Ya en la capital mexicana fue parte del grupo de escritores que fundó la revista "Tierra Nueva" y su amor por los libros lo llevó a trabajar como redactor en varias publicaciones como "El hijo pródigo y "México en la cultura", suplemento del desaparecido diario "Novedades"; además estuvo vinculado con el Centro Mexicano de Escritores, frecuentado por grandes personalidades de la Literatura. En 1938 debutó con "Poema de amorosa raíz" y editó su primer libro dos años después, bajo el título "Páramo de sueños", el cual nunca tuvo gran éxito debido seguramente el bajo perfil que como poeta mantuvo Chumacero en vida. Los testimonios de sus colegas y amigos destacan que luego se convertiría en figura clave del Fondo de Cultura Económica (FCE), donde creó e impulsó la colección "Sepsetentas". En 1964 fue incluido como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, donde continuó trabajando en su pasión, que eran las letras y los libros. Chumacero, cuya obra desarrolla tres temas fundamentales: amor, tiempo y olvido, también fue autor del libro de ensayos "Los momentos críticos" y de un disco compacto en el que recita sus poemas. Como corrector es famoso por haber editado el libro "Pedro Páramo", de Juan Rulfo (1917-1986). Pero en su faceta editorial se le reconoce además por haber sido maestro de una importante generación de escritores e intelectuales dedicados a la producción editorial de manera profesional. También, por haber contribuido en la solidez editorial del FCE y de manera indirecta en las editoriales que tuvieron como jefes a sus discípulos; además de haber sido investigador y recopilador de obras completas de Xavier Villaurrutia, Gilberto Owen, Efrén Hernández y Mariano Azuela, entre otras. Chumacero murió el 22 de octubre de 2010, víctima de una neumonía, dos años después del homenaje que por sus 90 años le organizó la Coordinación Nacional de Literatura del INBA, en el Palacio de Bellas Artes, donde lo acompañaron colegas y amigos que dieron testimonio de su legado profesional y personal, pues era considerado un hombre generoso, cálido y con gran sentido del humor. Temas Literatura Poesía Alí Chumacero Cultura Lee También El Nido invita a la función de "Inhala" en el Foro de Arte y Cultura FIL Niños, entre pensamiento crítico y diversidad España despliega su riqueza cultural en la feria Javier Cercas, el rebelde con un lugar en la RAE Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones