La “nueva ortografía” se queda en recomendación

GUADALAJARA, JALISCO (29/NOV/2010).- Una cosa es lo que se diga que hay que hacer y otra, muy diferente, lo que realmente se vaya a hacer. En esto, palabras más o menos, coinciden varios escritores y editores respecto a la nueva ortografía que proponen las academias de la lengua española.

Sin embargo, y para tranquilidad del gremio, Gonzalo Celorio, secretario técnico de la Academia Mexicana de la Lengua, informó que las reglas tienen un sentido más de recomendación que normativo, aunque, al final de cuentas, esa decisión ya la habían tomado algunos autores, que desde hace varias semanas se han manifestado en contra de empezar a llamar a ciertas letras con otro nombre e incluso eliminar algunos acentos.

De cualquier forma, con la anuencia de los usuarios del idioma o sin ella, los académicos y estudiosos de la misma, representados por las 22 academias de la lengua que se dieron cita ayer en la Feria Internacional del Libro, estuvieron de acuerdo con la publicación de esta suerte de manual, para tenerlo antes de la Navidad.

El asunto tomó al final otro cauce, cuando se aseguró que no se trata de una regla que todos deban seguir al pie de la letra y, al afirmar que cuando se habla de “la nueva ortografía”, la referencia directa es a que se trata de una “novedad” editorial en la que se estipulan reglas más claras para el mejor entendimiento de los hispanoparlantes.

Este estatus se ha definido luego de que la Academia Mexicana de la Lengua fijó su postura sobre el documento, por tratarse de una instancia cuyo papel es “protagónico” y “respetado” y, probablemente, porque en México se encuentra el mayor número de hablantes: “Aunque el asunto no se tome por criterios demográficos, no hay duda de que 100 millones es un número importante”, expresó Celorio.

Añadió que no es un retroceso que las reglas sean recomendaciones, ya que es conveniente que, ante las diferencias, haya consensos; “de lo contrario tendríamos dos ortografías, como ha ocurrido con el portugués de Brasil y el de Portugal. Hay que velar por la unidad de la lengua, en unos casos cediendo y en otros ganando”.

Celorio explicó que la Asociación de Academias de la Lengua tiene que funcionar por consenso y “es importante que los acuerdos que se tomen sean de todos, porque, de lo contrario, la ortografía mexicana iría por otro lado, y eso sería lesivo para unidad del idioma”.

No obstante, Felipe Garrido, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, advirtió que no ha existido tal consenso, especialmente en el caso de la nueva ortografía del español, dado que la “Real Academia Española conserva una superioridad con (respecto) a las demás academias”, lo que se debe en gran medida al respaldo que tiene de su gobierno: “Es la única que tiene el presupuesto suficiente y tiene dinero para publicar los diccionarios”.

Lo que queda al final de esta polémica es una recomendación que Garrido ha hecho a los usuarios de la lengua respecto a no ponerse nerviosos por las decisiones de las academias, ya que la lengua es de la gente y, “si las personas quieren que la ‘y griega’ sea ‘y griega’, será así”.

La otra cara de la moneda

Aunque pareciera que la Academia Mexicana de la Lengua es la principal opositora a las modificaciones ortográficas que se han propuesto —a manera de recomendación, claro—, los editores de Castilla y León también consideran que se trata de una serie de cambios repentinos que podrían no tener el eco esperado.
“No quisiera corregir a la Real Academia, pero creo que es muy impaciente”, aseguró César Sanz, miembro del Gremio de Editores de Castilla y León. Y aunque no dio a conocer cuál es la postura oficial, afirmó que en todo caso pasará más tiempo para que los editores puedan eliminar las erratas que las modificaciones provoquen.