Viernes, 22 de Noviembre 2024
Cultura | La escritora habla sobre ''La emoción de las cosas''

La noche es de Ángeles Mastretta y sus lectores

La escritora habló sobre ''La emoción de las cosas'', para después quedarse a gusto charlando con sus admiradores

Por: EL INFORMADOR

La escritora Ángeles Mastretta despidió a los asistentes cantándoles una canción.  /

La escritora Ángeles Mastretta despidió a los asistentes cantándoles una canción. /

GUADALAJARA, JALISCO (24/NOV/2012).- Dice Ángeles Mastretta que pidió que la conferencia en la que presentó su libro ''La emoción de las cosas'' (Seix Barral, 2012) fuera la última de la noche -a las 20:00 horas- para poder quedarse a gusto charlando con sus lectores y dejarle la responsabilidad de echarla a los organizadores.

Y es que la escritora mexicana entró gritando "¡Hola, chicos!" al Salón Juan Rulfo que, agolpado, la recibió con innumerables aplausos. La presentó el presidente de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, Raúl Padilla, como la escritora mexicana más exitosa en el extranjero, la primera en ganar el Premio Rómulo Gallegos y cuyos libros han sido traducidos en más de 20 idiomas.

Misántropa como se considera, previo a asistir a la feria, Mastretta sostuvo una amena charla con su público en la que hubo recuerdos, risas, aplausos y canciones.

La escritora de ''Arráncame la vida'' inició su participación con una reflexión escrita en la que destacó su pujanza por jugar con su memoria.

Dijo que ''La emoción de las cosas'' es una historia que hurga en la familia, la memoria y la literatura y en el que pretendió contar la vida de sus padres antes de que se encontraran en México. La vida azarosa de su papá al que a mitad del siglo pasado lo sorprendió una guerra en Italia; la candidez de su madre que se mantuvo hasta el día de su muerte.

Ante el público atento contó que cuando era niña nunca se habló de la guerra ni escuchó hablar a su padre en italiano. Los secretos de la familia eran administrados por su mamá y su tía Alicia, pues el drama no estaba permitido para los niños. Nunca se les agobió con angustias. Costumbre que cambió con la muerte de su tía y, dos años después, de su padre.

Relató que la foto de la portada del libro son su hermana Verónica y ella, "dos niñitas como fantasmas" que en un julio remoto, cada una con una canasta en la mano, vestidas como dos muñecas, asistieron con un "fotógrafo gringo, rubio, silencioso y pálido" a tomarse una fotografía en una jornada que se dilató bastante tiempo.

Recordó el día que Joaquín Sabina la invitó a cantar en el Auditorio Nacional, licencia que la escritora se dio a pesar de la renuencia de su marido.

Debido a la insistencia del público y que el tiempo de la conferencia ya alcanzaba las costas del final, Ángeles Mastretta despidió a los asistentes cantándoles una canción.

EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI

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