La muerte es abordada por Álvaro Uribe

GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/2011).- Dicen que segundos antes de morir se ve pasar la vida ante los ojos como si fuera una película, pero el escritor Álvaro Uribe, se opone a esa idea en su novela 'Morir más de una vez' (Tusquets, 2011).

El autor dice que tal vez pueda verse la vida futura como le ocurre al personaje llamado Yo.

“Es un libro habitado por maneras de ver la muerte y es una manera muy íntimamente de dirigirme al lector”, expresa en entrevista el escritor nacido en la Ciudad de México, en 1953.

“Mi intención es que el lector se identifique con esos yo que hablan, me siga y me ayude a terminar esta historia”, la cual comienza con la aventura de tres jóvenes mexicanos, radicado en París, quienes realizan un viaje en coche. Durante ese trayecto, el conductor irresponsablemente comienza acelerar, pues se ha propuesto evitar el choque con un tractor. Ésa escena es la primera descrita por Uribe.

“La novela trata de fragmentar el yo, verlo desde afuera como si fuera una tercera persona y una de las maneras de hacerlo es pensar que Yo también es los demás, todas las personas que conoce y que marcan su vida. Y Yo también es las personas que pudo ser”. Morir más de una vez es la novela más personal del autor Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska 2008 con Expediente del atentado.

Durante más de dos años, el también ensayista se dedicó escribir la historia de Yo. “Es un libro donde me siento más desnudo frente al lector”, comenta el autor de Recordatorio de Federico Gamboa.

Entre la obra de Uribe destacan los títulos: Expediente del atentado, Topos, El cuento de nunca acabar, La audiencia de los pájaros, La linterna de los muertos, La lotería de San Jorge, La otra mitad y Por su nombre.

Después de esta novela, Uribe sigue su acostumbrado proceso de transición: “para limpiarme de la novela trabajo un ensayo para así poder empezar otro proyecto”.

---Como autor abordar la fragmentación del yo, ¿es una inquietud reciente?
No. Le voy decir una especie de teoría, yo no soy un teórico de la literatura, pero sí la puedo explicar –la teoría-: Si usted ve la manera de relacionarnos socialmente, la manera como nuestro yo se relaciona con otros yo, es una fragmentaria. De ninguna persona, de nadie, tenemos una idea continua. Usted ni siquiera conoce a su amante, a su marido, a sus hijos, todo el tiempo, lo que conocemos de las personas es por tres fuentes: Una es lo que hacemos con esas personas, otra es lo que nos dicen esas personas de sí mismas y la última es lo que otras personas nos dicen de esas personas. Son fragmentos, que nosotros tenemos que ir pegando, fragmentos que ignoramos por completo, incluso de nuestra propia madre porque para empezar no tenemos la menor idea de cómo era ella antes de que nos pariera.

Se habla y sabemos de muchas personas, pero sabemos sólo fragmentariamente, como en la vida, le toca al lector completar esas historias. La idea es que el lector me acompañe en este juego de adivinanzas en el que uno descubre como son las otras personas y al hacerlo nos descubrimos a nosotros. En los otros yo está el espejo más claro de nuestro propio yo.

---¿Cómo decidió construir en las vidas posibles en la novela?
-Si existe la inspiración para un novelista, ésta es muy distinta que para un poeta, quien puede recibir por inspiración un poema entero, ya con todas sus palabras. En cambio, está difícil que un novelista reciba 230 páginas, su disco duro no da para tanto.

La inspiración nos viene a los novelistas sobre cómo hay que narrar algo. Bueno, yo quería contar la historia de un hombre, Yo, parecido a mí, cuando joven en 1979, que es cuando yo fui joven.

Se dice que cuando uno va a morir se acuerda en los últimos segundos como en un flashback de toda su vida y para mí la inspiración llegó al preguntarme: por qué sólo de la vida pasada y por qué no de la vida futura. Porque si tienes derecho a ver la vida pasada, que ya no existe, ¿no puede ver la futura que tampoco existe?

---Es el libro más personal, ¿Yo es usted joven?
-Viví en París. Trabajé en la Embajada como varios de los personajes, pero no todas son experiencias mías, hay personajes que inventé, pero pude haberlos conocido, en ese sentido es autobiográfico. Es una autobiografía fantástica no todo me ocurrió, pero pudo, desde luego que corresponde mucho a mis obsesiones y a mis experiencias.

---¿París es también protagonista?
-Es una ciudad hecha de mi memoria. Esa París de finales de los años setenta está idealizada, pero como idealizamos la propia juventud. Para la gente, los años cuando tuvo 25, 26 y 27 son los que nos definieron, cuando nos casamos o elegimos por fin una ocupación, siempre hay un antes y un después de esos años veinte. A mí, me ocurrió como a todo mundo, pero además me ocurrió en París, ésa es la idea de poner esta ciudad como trasfondo.