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Cultura | El general pretendía convertir al Estado en el centro comercial más importante

La modernidad anhelada por Manuel M. Diéguez

El general tenía como proyecto convertir al Estado en el centro comercial más importante del Occidente del país

Por: EL INFORMADOR

Una de las figuras destacadas del movimiento armado de 1910 es, el general Manuel Macario Diéguez. EL INFORMADOR  /

Una de las figuras destacadas del movimiento armado de 1910 es, el general Manuel Macario Diéguez. EL INFORMADOR /

GUADALAJARA, JALSICO (07/NOV/2010).- Una de las figuras destacadas del movimiento armado de 1910 es el general Manuel Macario Diéguez (1874-1924), cuyos aportes no sólo sobresalen en la lucha armada sino en un proyecto de gobierno para que Jalisco se convirtiera en el punto comercial más importante del Occidente del país.

Aunque nació en Guadalajara, su carrera militar y política se desarrolló en el Norte de México. Uno de los momentos cumbres es a finales de septiembre de 1916, cuando Diéguez aceptó ser postulado como candidato al gobierno constitucional de Jalisco, sin contrincante alguno,  fue electo gobernador el 28 de mayo de 1917 para el periodo que comprendía desde el 1 de marzo de 1915 hasta el 28 de febrero de 1919. Durante ese mandato, el general solicitó licencias en varias ocasiones para combatir a los villistas en Coahuila, Michoacán y Tamaulipas, “más tarde se hizo cargo de la Jefatura Militar de Chihuahua, donde derrotó al villismo en sus terrenos” comenta el historiador Mario Aldana Rendón en su publicación Diccionario de la Revolución Mexicana en Jalisco.

Después de esas luchas, Manuel M. Diéguez vuelve a tomar el gobierno estatal el 1 de febrero de 1919.

El académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG) comenta que el general es “el personaje más importante de la Revolución Mexicana del Occidente del país”. Y de los aportes como gobernador a la Entidad destacan “los elementos de modernidad cultural y política” propuesta en su gestión; así como la apertura de espacios formativos para las mujeres y una reforma al programa educativo que dejaba de lado las clases de costura y de respotería para incluir al género femenino en materias técnicas, en el aprendizaje del idioma inglés y otras asignaturas que entonces no se enseñaba a las mujeres.

Aldana Rendón comenta que Diéguez pone en práctica el programa educativo y manda construir dos escuelas “muy importantes”,  la Reforma y la Constitución, ubicadas en edificios emblemáticos que dejaban claro cuál era el proyecto educativo de Diéguez
 
La escuela Constitución estaba ubicada en el actual edificio administrativo de la Universidad de Guadalajara (UdeG)y la institución Reforma estaba en el Paraninfo Enrique Díaz de León.

“Diéguez pensaba que esos edificios deberían ser los ejemplos de las escuelas para los niños de primaria”, expresa el investigador, quien señala que el proyecto quedó incluso porque el general se suma al combate en contra de la rebelión de Agua Prieta, que buscaba derrocar a Venustiano Carranza.

En el título, el profesor señala que “la obra de Diéguez al frente del gobierno, apoyado en sus ausencias por Emiliano Degollado y Manuel Bouquet Jr., comprende obras diversas: promulgó la nueva Constitución Política, dos leyes electorales, decretos reglamentarios del Artículo 130, la Ley Orgánica reformada del Poder Ejecutivo y de la Administración Pública; se legisló también en materia hacendaria, agraria, judicial, seguridad, educación y salud pública”.

Aldana Rendón explica que el general era un gran defensor de la ciudadanía y la democracia; “pese a ser un militar como Álvaro Obregón y otros generales, Diéguez es un hombre que entiende que ellos -los militares- tienen una función momentánea  y no deben convertirse en actores políticos, sino que al triunfo de la Revolución debían regresar a sus actividades civiles”. Añade que el tapatío aspiraba a que los caudillos no tomaran el poder y tenía ejemplos como el de Porfirio Díaz, “Diéguez estaba identificado con el ideal de Francisco I. Madero de sufragio efectivo, no reelección; y comulgaba con las ideas de Venustiano Carranza que precisaban que los gobernantes después de su mandato debían considerarse civiles”.
 
El paso por las minas

Manuel Macario Diéguez Lara nació en la ciudad en el seno de una familia de medianos recursos. Sus etapas de crecimiento van desde el escolar, el desempleado que busca superarse y al joven romántico que leía la poesía de Adolfo Bécquer.

A los 20 años, el joven dejó Guadalajara en busca de nuevas oportunidades y se dirigió hacia el Norte de México. A su llegada en el Rosario, Sinaloa, trabaja por primera vez en una mina con la intención de conseguir recursos para seguir su viaje, el cual se detiene debido a que decide sumarse a la tripulación de un barco de guerra llamado Oaxaca.

“Ahí pasó dos años de vida como ayudante de cocinero”, afirma el docente. La ruta de la embarcación era de Mazatlán al Puerto de Guaymas, en alguna de las paradas conoce a la mujer que se convertiría en su esposa –María Palomera-.

Con su familia llegó a la mina La Colorada entre 1902 y 1904. Aldana Rendón comenta que fue “ahí donde se da cuenta que si no sabe hablar inglés no va a superar su condición de obrero, en menos de seis meses aprendió esa lengua, que le permitió integrarse a la nómina de los mineros de Cananea.

Desde su llegada a la Mina de Cananea entró en contacto con algunos integrantes de la Junta Revolucionario del Partido Liberal de Ricardo Flores Magón y se inicia en la masonería. Por otro lado, se sumó a la sociedad secreta Unión Liberal Humanidad, cuyo objetivo era impulsar la rebelión contra el régimen de Porfirio Díaz.

El 30 de mayo de 1906 estalló la huelga en Cananea, pero “Diéguez y su grupo no querían la huelga porque era más importante la Revolución, pero los trabajadores de un turno entraron en conflicto con sus capataces e hicieron un paro”.

El grupo debatió su participación en la huelga y optó por apoyar a los obreros, razón por la cual estuvo preso en Sonora y en San Juan de Úla (Veracruz).

Con la llegada de Francisco I. Madero al poder fueron liberados los presos del movimiento obrero de 1906, entre ellos Manuel M. Diéguez, quien regresó a Cananea y fue recibido como héroe. En 1912 fue electo presidente municipal de la población.

“Durante su gestión estalló el cuartelazo de la Ciudadela y fue asesinado el presidente Madero. Diéguez fue una de las primeras autoridades  de Sonora que desconoció al régimen de Victoriano Huerta. Al frente de 400 hombres armados se unió a Obregón”, señala el profesor en el Diccionario de la Revolución Mexicana en Jalisco.

''Diéguez es un hombre que entiende que los militares tienen una función momentánea  y no deben convertirse en actores políticos'', Mario Aldana Rendón, historiador.

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