''La libertad es un riesgo'': Ángel Hernández

GUADALAJARA, JALISCO (04/SEP/2012).- Ángel Hernández impartirá en Guadalajara el taller de Intervención Escénica en el Teatro Experimental de Jalisco (TEJ) del 10 al 14 de septiembre. El director, actor y dramaturgo de Tamaulipas tiene 32 años y es becario del programa Jóvenes creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, con el proyecto Llera: teatro en los infiernos. Finalista del Concurso Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo 2011, mismo año en el que recibe el apoyo del programa IBERESCENA para la realización del festival Teatro para el fin del mundo.

“Un concepto que nace a partir de esta visión apocalíptica que nos acerca hasta el final de los tiempos. La situación que se vive oficialmente, está apuntando cada vez más hacia la toma de soluciones concretas. El proyecto interviene espacios en condiciones de abandono, incluye conferencias en referencia a la emergencia teatral contemporánea. Es una alternativa de resistencia cultural”, señala Hernández, quien también participa en el proyecto de la actriz tapatía Claudia Recinos, Invisible, teatro documental acerca de la libertad.

—¿Dónde sitúas el poder de los jóvenes en el mundo?

—Hay una necesidad continúa por generar un cambio radical en todos los sentidos. Me siento parte de un sistema de operación que no puede esperar a que ciertas cosas sean resueltas. Yo me sumo a las protestas que a nivel mundial se están haciendo y que mi teatro también reclama (...).

—¿Y dónde sitúas el poder del teatro en el mundo?

—El teatro suministra todas estas pasiones. Me parece que es —y ahora más que nunca— una de las armas más poderosas que hay. Tanto en su poder expresivo y su capacidad de inclusión de diferentes lenguajes artísticos. En este momento se vuelve necesario saber qué está pasando.

—¿Hay una personalidad del teatro jalisciense en territorio nacional?

—Hay varias personalidades. No tan sólo en Jalisco. Pero sí creo que estamos carentes de líderes que puedan venir a demostrar una posibilidad por el camino que ellos elijan. Me asumo también como un circuito de profesionales que trabajamos para lograr un ejemplo dentro de los mecanismos que permitan consolidar un proyecto que sea negociable en otras realidades.

—Dice Peter Brook que la catarsis es un concepto que hemos comenzado a olvidar ¿la gente hoy está dispuesta a la catarsis?

—Sí, desde luego. Creo que la catarsis ayuda de una manera considerable al espectador, al artista y a la sociedad en general. Es un buen momento para llegar a una forma reconstructiva y saber cuál es el siguiente paso. No nos podemos quedar únicamente en el desalojo o en esa zona de confort que sobreviene después del estado catártico. Hay que recuperar el conflicto.

—¿Qué tan cerca están el teatro y el cine?

—El teatro, y no nada más con el cine, si no con todas las disciplinas que se juegan el pellejo en el mundo, están más cerca. Ahora hay una reconstrucción de todas las fronteras, mismas que en el arte se desdibujan lo cual hace que nos replanteamos qué estamos haciendo. Este divisionismo, celoso e histérico desafía las colindancias, pero hay un maridaje hoy que ha sido resultado de una necesidad que el mismo momento empuja. Es un acto obligatorio.

—¿Qué tiene de tragedia el regreso del PRI a Los Pinos?

—Tiene una capacidad cómica que Aristófanes y Molliére hubieren deseado. Es parte de una mecánica continua en el ejercicio del humor, más que preocuparnos por eso, en base a todo lo que sabemos, debemos proponernos tratar de activar nuestros propios mecanismos. Yo seguiré trabajando en mi teatro que no necesita del PRI para sobrevivir... Está basado en una resistencia donde el Gobierno no tiene la capacidad de aplicar sus favores y sus discursos. Es un excelente motivo para reunirnos como sociedad civil.

—Si la danza existe para decir cosas que la palabra no puede nombrar, y el lenguaje hablado tiene sus límites ¿Para qué entonces se dice el teatro?

—El teatro tiene su fuerza en la acción y no en la palabra. Es un gran ejemplo de esta subjetividad que se ha venido planteando con el paso del tiempo. Yo por ejemplo he trabajando muchísimos montajes sin palabras, y a la gente le ha quedado más claro lo que quiero proponer. Soy dramaturgo y he escrito mucho teatro hablado y en muchos de los montajes han quedado ausentes partes que he querido plantear.... Creo que en ese sentido es bueno para el teatro plantearse la mecánica de la acción realmente, para poder activar los sensores en el espectador. Yo aplaudiría un ejercicio revisado y concienzudo de esto que sigue siendo nuestro material del trabajo...

—¿Tendremos nuevos héroes? ¿Otro Brook? ¿Otra Bausch?

—Me parece que estos herederos de la fortuna de ser como ejemplo a nivel mundial, han venido desapareciendo con el tiempo. Creo que a lo mejor todo vendría más orientado hacia el concepto de colectividad. Ahora en lugar de conocer figuras conocemos colectivos como parte de una hazaña de valor, de desafío, de ejemplo. Eso es lo que ha arrojado esta época, también los mismos ejecutantes o líderes de estos movimientos han dejado de mostrar su cara para mostrar su rostro colectivo.

—La crisis ¿nos hará mejores?

—Es parte siempre del lenguaje del teatro. La crisis que vivimos en todos los sentidos nos abre horizontes que no esperábamos. El terreno me parece favorable en todos los sentidos, es el momento que se espera para que pase algo (...).

—¿Para qué sirve la libertad?

—Creo que de inicio, para no asumirla como una prisión. Es un riesgo muy grande que tiene el hombre en todos los sentidos. La libertad creativa me parece una de las grandes cosas, quimeras, que tenemos en contra, porque dentro de esta libertad radica la proliferación de alternativas y ejercicios humanos que pueden atraparnos en una prisión. Yo me siento cada vez más acotado, sé que no puedo pensar en que tengo la libertad plena porque necesito orientarme hacia una coordenada específica. La libertad es un riesgo.

ASISTE
Taller de Intervención Escénica

El taller que impartirá Ángel Hernández en la ciudad será del 10 al 14 de septiembre, de 10:00 a 14:00 horas en la sala Stella Inda, del Teatro Experimental de Jalisco (Calzada Independencia Sur s/n. Núcleo Agua Azul).

Interesados enviar CV al correo artesescenicasyliteratura@gmail.com para informes e inscripciones con Valentín Castillo y Ángel Urzúa al teléfono: 3044 43 20, ext. 115. Los costos son: mil pesos general, 800 pesos estudiantes y maestros.