La ciencia con humor

GUADALAJARA, JALISCO (03/DIC/2104).- La ciencia no tiene que ser aburrida y seria. El equipo de científicos españoles The Big Van Theory lo demuestra a través de su acto de monólogos presentados en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara.

Uno de los presentadores, el representante regional de la UNESCO, el Dr. Ernesto Fernández, apela a que iniciativas como ésta pueden modificar los paradigmas de que los científicos son personas sin la capacidad de hacer reír. Esta actividad está enmarcada en la promoción de la divulgación científica por parte del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología a través de la Estrategia nacional para fomentar y fortalecer la divulgación científica.

Frente un auditorio de gente, en su mayoría jóvenes, seis científicos de distintas disciplinas hacen de cómicos. Causaron carcajadas entrelazadas con explicaciones precisas de fenómenos de la naturaleza, como el hemafroditismo secuenciado de los poríferos (esponjas de mar) o la diferencia entre una conjetura y un teorema matemático.

Oriol Marimón Garrido, licenciado en Química y doctor en Biología, explica lo que son los biofilms: estructuras formadas por bacterias que funcionan como un ejército en vez de soldados aislados. Utiliza el ejemplo histórico de la peste negra y construye personajes para cada parte de la estructura.

Irene Puerto Giménez, doctora en física e investigadora posdoctoral en astrofísica, explica la alquimia del siglo XXI: cómo fabricar átomos de oro. Hay que modificar el orden de los protones, neutrones y electrones que conforman el universo. ¿Cómo? Usando un horno que caliente a aproximadamente 20 millones de grados. Es decir, una estrella.

Eduardo Sáenz de Cabezón Irigaray, matemático computacional, explica la diferencia entre una conjetura y un teorema. A grandes rasgos, una conjetura es un hecho no comprobado y un teorema dura para siempre. "Si queréis decirle a alguien que lo queréis para siempre, regaladle un teorema. Pero ojo, tendréis que comprobarlo", resume, provocando una estruendosa carcajada de la audiencia.

Helena González Burón, bióloga y bioquímica, relata la historia de amor de una esponja marina con hemafroditismo secuenciado, haciendo referencias ocasionales a la caricatura Bob Esponja. Este fenómeno consiste en organismos que pueden cambiar sus órganos sexuales bajo determinadas condiciones para ser macho o hembra.

Javier Santaolalla Camino, ingeniero de Telecomunicaciones y licenciado y doctor en Física, trabaja en el supercolisionador de hadrones de CERN, por lo que explica cómo a través de la colisión de partículas como protones y neutrones pueden encontrar los orígenes del universo. Llama a voluntarios al público para que se lancen manzanas para ilustrar lo complicado que es provocar dichas colisiones.

Por último, Alberto Vivó Porcar, licenciado en Biotecnología y Nanotecnología, relata su experiencia consumiendo alcohol en una fiesta, deteniéndose en los efectos de dicha sustancia en el cerebro y el resto del organismo. Añade una dosis de humor detallando las experiencias que podría tener con otras personas al momento de explicarles a los demás qué es lo que está sucediendo en su organismo.

En un acto de poco menos de dos horas, dieron el ejemplo en vivo de cómo hacer la ciencia más interesante apelando al humor y a las explicaciones sencillas. Finalizaron la presentación con una sesión de preguntas y respuestas con el público, entre las que destacaron curiosidades sin resolver del acelerador de hadrones y consejos para llevar a cabo iniciativas similares en otros contextos. Cerraron con un rap acerca de la pelea de una madre con su hijo adolescente que quiere ser científico, alentando a los presentes para promover la ciencia fuera de los estereotipos.

EL INFORMADOR / MARÍA QUINN