La Holden Storytelling, donde se aprende viviendo

GUADALAJARA, JALISCO (03/DIC/2013).- También a Holden Caulfield, el protagonista de The Catcher in the Rye, de J. D. Salinger, el muchacho que no quería saber nada de escuelas, le habría gustado La Scuola Holden Storytelling and Performing Arts. Y cómo no. Además de que ahí se enseñan todas las artes relacionadas con la narración, en ese colegio de Turín, Italia, las clases comienzan a las once la mañana, para que los alumnos puedan tener vida nocturna sin estrés.

Ayer el director de la Scuola Holden, el escritor Alessandro Baricco, concedió una charla para hablar de la institución, de la cual han egresado unos 400 creadores desde que se fundó, hace 20 años.

Fue más bien una invitación a los escritores en formación de América Latina.

Además de lo ya descrito, la invitación resulta seductora viniendo de quien viene; uno de los escritores más prestigiosos de Italia, autor de títulos como Tres veces al amanecer, City, Tierras de cristal, Esta historia —en la FIL están en el puesto de Colofón—, así como la exitosa novela Seda (1996), que se ha traducido a 17 idiomas.

Baricco está convencido de que, igual que los escultores y los pintores, los narradores pueden aprender el oficio. O mejorarlo: salirse de la soledad, confrontar sus ideas, aprender de otros que practican lo que ellos buscan. La idea errónea que se tiene de que los narradores nacen, no se hacen, resulta en que hay excelentes escritores que jamás fueron a la escuela. “La realidad es que se puede enseñar a escribir”, prometió.

A la Holden acuden estudiantes de entre 19 y 30 años de vida. Parte de su aprendizaje parte del conocimiento de otras disciplinas que allá se enseñan por separado: scrivere (escritura), filmmaking (cinematografía), acting (actuación), series (series de cómic, televisión, publicidad), real world (periodismo y crossmedia, el oficio de contar historias con todos los medios).

Durante dos años, la mitad de las clases de los estudiantes son sobre su carrera y el resto sobre las otras. ¿Por qué? A decir de Baricco todos los escritores deberían aprender a hacer cine, porque los cineastas logran una distancia invisible con el lector.

Igual que este principio, la Holden tiene varios que parecerían díscolos para los que están acostumbrados a la educación tradicional, pero han formado a buenos narradores. La mala noticia es que para ir allá hay que ahorrar miles y saber buen inglés y mejor italiano. La buena es que Baricco y sus socios analizan la apertura de otra escuela en Sudamérica.