La FIL a oscuras

GUADALAJARA, JALISCO (03/DIC/2013).- Los apagones siempre llegan por sorpresa. Y con los apagones siempre llegan gritos. Temor de quien de la nada se queda a oscuras, lamento de quien no veía claro qué iba a suceder con las actividades programadas, enojo de quien en ese momento hacía uso imprescindible de la electricidad. En la FIL se fue la luz.

Cuestión de cinco minutos, la primera vez, y del área de salones de exposiciones, al costado derecho de la entrada principal. Qué suerte la de los organizadores, justo en ese momento, en esa zona de la FIL todavía no comenzaban las actividades. Las reacciones no pasaron de efímeras expresiones en voz alta y silbidos.

No eran las aglomeraciones multitudinarias que en ese mismo espacio se juntan cuando visitan los Premios Nobel o los jefes de Estado, y los pocos supieron ser calmados. Sacaron su celular para aluzarse y continuaron en sus filas para las actividades que estaban por entrar, además que la puerta de cristal que divide la zona les hizo un favor.

El tiempo pasó y ocurrió una vez más. Después volvió la energía tras unos pocos minutos. Y cuando todo parecía normal; los gritos ya no se asomaron pues de nueva cuenta, por minutos, ocurrió otro apagón.
Hasta el momento fueron tres veces las que la Fiesta de las letras se quedó a oscuras.

EL INFORMADOR/ ALEJANDRA PEDROZA