La Biblioteca Apostólica Vaticana reabre sus puertas

CIUDAD DEL VATICANO (20/SEP/2010).- La Biblioteca Apostólica Vaticana reabrió hoy sus puertas a estudiosos de todo el mundo con un nuevo y sofisticado sistema de seguridad, luego de permanecer tres años cerrada por labores de restructuración edilicia.

Con más de 500 años de antigüedad y ubicada en el corazón del Vaticano, por primera vez en su historia debió cerrar en septiembre de 2007 para permitir una serie de labores arquitectónicas encaminadas a proteger su voluminoso patrimonio.

Como resultado de los trabajos, a partir de este día todas las operaciones en la biblioteca estarán informatizadas, los visitantes contarán con una credencial dotada de microchip mientras los movimientos de los libros podrán ser vigilados gracias a un sistema de control digital.

'Cada volumen estará dotado de un chip en las páginas finales. Una estructura formada por barreras, cámaras, pasos, permitirá seguir la eventual transferencia de libros de una zona a la otra, e inhibirá la sustracción de libros por personas no autorizadas', indicó Cesare Pasini, prefecto de la Biblioteca.

Agregó que los investigadores acreditados -quienes visitan unas 20 mil veces por año la Biblioteca- podrán contar con acceso a internet inalámbrico al cual podrán acceder desde sus computadoras personales o desde las máquinas presentes en las salas.

Se potenció también la página de internet oficial ( www.vaticanlibrary.va) , a través de la cual se podrán solicitar reproducciones fotográficas de textos e inscribirse a un boletín que por internet mantendrá en contacto a los expertos.

Las labores, que costaron a las arcas papales unos ocho millones de euros (unos 10.4 millones de dólares) , interesaron diversas áreas de la biblioteca, algunas de las cuales fueron reorganizadas con el objetivo de recuperar y racionalizar el espacio existente.

Entre otras cosas se construyó un nuevo ingreso, se amplió uno de los ascensores principales, se consolidaron las bases de varios sectores de los edificios y se introdujo climatización especial a zonas como el archivo fotográfico.

Gracias a estas modificaciones se garantizará la conservación de 150 mil volúmenes de manuscritos, de un millón de libros impresos (ocho mil 400 de ellos incunables) , 100 mil estampas e incisiones y 300 mil monedas o medallas.

Según Pasini el proyecto no está definitivamente concluido ya que faltan aún adecuaciones en la Sección de los Archivos, el Gabinete de las Estampas y en el gran depósito de los impresos, las cuales se llevarán a cabo en los próximos años.

Por otra parte, el Salón Sixtino, que entre los siglos XVI y XIX fungió como sede central de la Biblioteca Vaticana, y que desde hace años era usado por los Museos Vaticanos, será preparado como nueva sala de consulta.

El salón podrá ser admirado sólo por una minoría de especialistas, 'investigadores y estudiosos calificados por sus títulos y publicaciones de carácter científico', según los rígidos criterios de admisión establecidos por el gobierno central de la Iglesia católica.

De hecho, sólo pueden acceder al recinto docentes y estudiantes titulados que cursen un doctorado mientras 'excepcionalmente' pueden hacerlo alumnos universitarios en fase de titulación que demuestren la necesidad de consultar material únicamente conservado en la biblioteca.

Para los curiosos o simples visitantes que deseen conocer más de esta centenaria institución se montará la exposición 'Conocer la Biblioteca Vaticana: una historia abierta al futuro', cuya inauguración está prevista para el miércoles 10 de noviembre próximo.

La muestra estará abierta hasta finales de enero de 2011 en el Brazo de Carlomagno, la galería ubicada a un costado de la Basílica de San Pedro, como extensión de la Columnata de Bernini.