Sábado, 23 de Noviembre 2024
Cultura | Amigos y familiares del escritor evocan las obras más importantes del argentino

Julio Cortázar, el pianista de la máquina de escribir

Amigos y familiares del escritor evocan las obras más importantes del argentino

Por: EL INFORMADOR

Aseguran que las obras de Julio Cortázar marcaron la vida de muchas personas. EL INFORMADOR / E. Barrera

Aseguran que las obras de Julio Cortázar marcaron la vida de muchas personas. EL INFORMADOR / E. Barrera

GUADALAJARA, JALISCO (03/DIC/2014).- Julio Cortázar marcó la era de por lo menos 280 personas que se dieron cita en la Feria Internacional del Libro para recordarlo. Para Gonzalo Celorio hay una vida antes de Julio Cortázar y otra después de Julio Cortázar. Para Eduardo Casar, el argentino era como un extraordinario músico, cuyo piano era una máquina de escribir. A Carles Álvarez, su editor, conocer a Julio le permitió tener una abuela, Aurora Bernárdez, la esposa que acompaña a su esposo en el más allá desde el 8 de noviembre pasado.

El salón cinco de Expo Guadalajara se convirtió en una sucursal de Cronopios y famas. Donde se recordaba el capítulo 68 de ''Rayuela'', para evocar la sensualidad inexistente gracias a la gramática inventada. Sólo quien haya leído a Cortázar entenderá su pasión por la improvisación. "Nunca supe qué tanto mi sangre era de esa tinta, a Rayuela le debo una vida entera, me vi a mi mismo leyendo, esa experiencia de introspección me dejó transformado y transformable, me hizo entender que las palabras se podían tocar, la experiencia de lectura de Cronopios desató mi vacación por las letras, me torcí hacía las letras", dijo Eduardo Casar.

Julito era más que box, tango y jazz. Era un hombre viajero, que no necesitaba estar en otro lugar para saberse en eterna transición. Hay ecos periodísticos y políticos que no sólo se encuentran en El Libro de Manuel. "Su mayor plenitud en la hibridación en las transformaciones inmediatas, no se realiza de manera obvia o simple, hay posturas artísticas que se evoca el artificio artístico", dijo Marisol Luna, quien intentaba hacer un análisis crítico de las voces cortezarianas.

El más emocionado de la mesa fue Carles Álvarez, quien fue el último editor de la obra de Julio Cortázar. En una carta que nunca leyó en el velorio de Aurora Bernández. En sus últimos días, la viuda del argentino ya daba guiños a la muerte. Apenas en enero pasado, una vez que se publicó el álbum fotográfico De a A a la Z, la mujer le comentó al editor que ya había cumplido su propósito en la vida, y entonces cualquier día podría partir a acompañar a su esposo en algún lugar del universo.

Eduardo Casar no se cansó de agradecer los momentos que ha tenido con las lecturas cortazarianas. "Julio es el poeta del fondo que sale a la superficie de la narrativa, y su primavera empezó con la poesía, era como un jazzista, un pianista en su máquina de escribir". Cuando el lector toca los ecos, la literatura se parece más a la escultura que a la pintura, y eso hizo Julio Cortázar. "Nos enseñó que lo que llamamos realidad, es apenas el borde de una realidad que se reconquista".

20 años después


La directora de la Cátedra Julio Cortázar, Dulce María Zúñiga, dio un corte de caja sobre los trabajos que se han desarrollado a lo largo de dos décadas de existencia. En total se contabilizaron 136 conferencias magistrales y 100 seminarios especializados, con presencia de escritores reconocidos en todo el mundo.

Inmersa en la Universidad de Guadalajara, la Cátedra fue una propuesta de los finados escritores Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes.

EL INFORMADOR/ OMAR GARCÍA

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