José Alfredo Jiménez, el poeta urbano

GUADALAJARA, JALISCO (24/AGO/2015).- Fue en el restaurante “La Sirena” de donde José Alfredo Jiménez salió rumbo al estrellato. Aunque su talento y legado se relaciona íntimamente al mariachi, lo cierto es que el cantautor oriundo de Dolores, Guanajuato, empezó a cantar arropado por un trío de boleros.

No son mitos, es la realidad que el hijo del autor de “Ella”, José Alfredo Jiménez Jr. cuenta en “Y sigo siendo El Rey”, libro en el que se recopila la vida y obra del guanajuatense, además de fotografías inéditas que muestran la faceta más humana y artística del cantante.

Durante el XIV Encuentro Internacional de Mariachi Tradicional, el Museo de Arte de Zapopan (MAZ) presentó esta obra editorial que además de explorar y explicar un poco el origen de las 362 canciones que José Alfredo escribió, también presume del cariño internacional que el charro guanajuatense despertó en aclamadas personalidades del espectáculo y la literatura, tales como Joaquín Sabina y Elena Poniatowska, quienes dedican reflexiones sobre el impacto social y cultural que Jiménez marcó en México, América Latina y el resto del mundo.

Apoyado por la investigadora Renata Chapa, el hijo de José Alfredo logró publicar “Y sigo siendo El Rey”, con el afán de ahondar en el legado artístico que el también creador de “El Jinete” instaló no sólo en sus contemporáneos, sino también en las nuevas generaciones que, sorpresivamente, mantienen fresca la imagen y talento del guanajuatense.

Fue una odisea, confesó José Alfredo Jr., al recordar los meses de investigación que se requirieron para juntar, por ejemplo, todo el material visual que el cantautor destinó en sus portadas musicales, recabar grabaciones casi inéditas o que se quedaron empolvadas en las radiodifusoras o disqueras de los años cincuenta y sesenta, cuando José Alfredo solamente componía y no entraba de lleno al canto.

“Y sigo siendo El Rey”, que es impulsado por Sony Music, tiene todo el potencial histórico y anecdótico para ser un referente cultural de las costumbres mexicanas, puntualizó Renata Chapa a la par que describía también la relevancia lírica que las composiciones de José Alfredo tienen, en las que se manifiesta la ligereza del ser ante las alegrías y desencantos del amor, la pasión por la belleza del país, y la función de las antiguas cantinas como confesionarios emocionales.

También se destacó la importancia que José Alfredo Jiménez tuvo en el séptimo arte mexicano, adjudicándose el galardón “La diosa de plata”.