Jorge Ramos hace hablar y debatir a un auditorio en la FIL

GUADALAJARA, JALISCO (03/DIC/11).- ¿Jorge Ramos vino a presentar un libro o a dirigir una sesión de debate? Quién sabe, pero, siendo periodista, y pese a que habla a una velocidad de ametralladora, sabe que su oficio es pasar el micrófono a la gente para que la gente hable. Y la gente habla: al presentar su libro de entrevistas con precandidatos mexicanos Los presidenciables (Grijalbo), se puso a pedir a la gente que opinara, y la gente le correspondió con un pequeño bosque de manos levantadas pidiendo la palabra para hablar de voto nulo, candidatos, partidos, política, narco y violencia y mil temas más. El reportero, pues, se ganó todas las declaraciones que quiso.

Ramos resume en su libro entrevistas a seis de los precandidatos a la presidencia mexicana —la gran excepción fue Ernesto Cordero, quien, dijo el periodista de Univisión, es hora que no le responde—. Tomó el micrófono, comenzó a hablar a velocidad de crucero y ya no dejó de hacerlo salvo para darle la voz a la gente del público. Subrayó que los periodistas se han vuelto más importantes que nunca porque, en México, es necesario que alguien confronte a los hombres del poder y los obligue a hablar. Pidió al auditorio de 200 personas reflexionar: ¿queremos que México siga siendo el país de “no pasa nada”?

Por eso puso un video con extractos de las entrevistas, incluyendo tres a ex presidentes y la última a Felipe Calderón como candidato electo. E incluyendo la que él mismo aceptó después que es la más divertida: la de Manlio Fabio Beltrones, a quien le pregunta si “Beltrones presidente” es una frase que le suena bien. “Me suena excelente”, contestó el priista para risa de todos, y alguno recordó lo que Ramos dijo al principio de su charla: me encantaría poder decirles que en las próximas elecciones tendremos a nuestro Nelson Mandela, a nuestro Barack Obama, pero...

Ramos habló de narcotráfico y dijo que la decisión del presidente Felipe Calderón de combatir al narco fue la correcta, aunque opinó también que la estrategia es abiertamente equivocada. “Yo no he escuchado a nadie en el mundo decir que quiere imitar la estrategia de México”, dijo. Apuntó que en Colombia aprendieron algunas lecciones de la lucha contra el narco y que una de ellas fue combatir el dinero de los capos —“aquí no se está haciendo”— y otra fue rescatar y liberar las calles. “Aquí les acaban de dejar 23 cadáveres, al lado de los Arcos del Milenio, ¿no?”, preguntó al público. Una voz hecha de muchas voces le contestó: “¡Veintiséis!”. “¿Y cuándo vamos a liberar a Guadalajara de esos 26 cadáveres, a Ciudad Juárez, a Ciudad de México?”.

Paseándose en medio del público, contándole el tiempo a quien pasaba el micrófono, burlándose de sus propias canas y de su condición de “gringo-mexicano”, Ramos mantuvo divertida a la gente de la Feria del Libro tapatía, defendió a los buenos periodistas mexicanos e insistió ante el público, que quería preguntarle más cosas o que Ramos les preguntara más cosas: hay que enfrentar a las personas que tienen el poder y hay que participar. ¿O qué? ¿Queremos que México siga siendo el país del "no pasa nada"?

EL INFORMADOR / IVÁN GONZÁLEZ VEGA