Viernes, 22 de Noviembre 2024
Cultura | Reflexiones sobre la lucha de 1910

Jean Meyer prefiere reformas que revoluciones

El historiador Jean Meyer expuso que hay motivos para festejar la Revolución, pero advierte que es peligroso tomar “atajos radicales”

Por: EL INFORMADOR

El historiador participó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. E. BARRERA  /

El historiador participó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. E. BARRERA /

GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/2010).- La Revolución Mexicana ha sido una de las grandes pasiones de Jean Meyer (Niza, Francia, 1942). El escritor Luis González de Alba lo describe así: “Un historiador francés que se volvió mexicano”.

El historiador participó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en la mesa de análisis  El legado de la Revolución, luces y sombras, en el que otros académicos como Sergio Valerio Ulloa, Elisa Cárdenas, Alan Knight y Susana Pic compartieron sus reflexiones del movimiento armado de principios del Siglo XX.

A 100 años de aquella guerra civil, Meyer considera que siempre habrá mejores caminos a elegir antes de recurrir a la violencia.
“En 1968, una viejita, una indígena me decía cerca del lago de Pátzcuaro: ‘¡Dios nos libre de ver otra Revolución!’. La lucha en 1910 fue irremediable, pero la lección es que siempre es mejor encontrar el camino de la reforma, incluso de reformas radicales. La revolución es, para los impacientes, el camino más corto para llegar a una sociedad más justa, pero los atajos siempre nos dejan perdidos en el desierto con el riesgo de morir en el camino”.
 
—¿Hay algo que festejar?
—¡Ah! ¡Desde luego! Una cosa son los historiadores, que somos unos latosos porque cubrimos todos los aspectos, no solamente positivos, sino negativos e intentamos decir: ‘No hay que olvidar nada’, y no hay que olvidar la generosidad de (Francisco) Madero, que para mí es el personaje más rescatable y admirable de la Revolución Mexicana, pero tampoco hay que olvidar el caos que vino a partir de la contrarrevolución, con (Victoriano) Huerta y con el asesinato de Madero, y ahí sí se abrieron las puertas del infierno y vinieron los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
 
—¿Fue demasiada sangre derramada de manera innecesaria?
—Una vez que se desata el caos, es como una piedra que empieza a rodar desde arriba y no se puede parar, una vez que ha llegado abajo, no volver a subir. Y México pudo empezar a construirse hasta que terminó la etapa violenta, pero el costo fue altísimo.

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