Jan Fabre presenta 'El poder de la locura teatral' en el Cervantino

GUANAJUATO, GUANAJUATO (25/OCT/2014).- A través del teatro, la danza y el multimedia, el coreógrafo belga Jan Fabre hace un recorrido por las mejores obras de teatro, festivales y dramaturgos de la historia en ''El poder de la locura teatral'', montaje que presentó en el Teatro Principal de esta ciudad.

Escenificado en el marco del 42 Festival Internacional Cervantino, que finaliza mañana, el espectáculo fue creado en 1984 con una duración de 24 horas, sin embargo, actualmente se desarrolla a lo largo de cuatro horas; tiempo en el que los espectadores mostraron interés.

Con apoyo de iluminación y piezas musicales grabadas, la propuesta escénica da cuenta de la historia de las artes escénicas, al tiempo que elabora un discurso sobre las relaciones de poder.

Acompañados por imágenes proyectadas en el fondo del escenario, dos personajes desnudos son coronados mientras se escuchan algunas palabras de amor y algunos besos.

Posteriormente, actores vestidos elegantemente y actrices ataviadas de manera informal gritan los nombres de destacadas obras teatrales, festivales y dramaturgos, en inglés, francés y alemán, al tiempo en que se quitan la ropa para quedarse desnudos y seguir repitiendo las palabras.

Esa repetición se hace constantemente, se quitan y se ponen la ropa, luego toman vajillas y comienzan a realizar movimientos sin llegar al malabarismo. Al final, rompen todas las vajillas.

Una vez que rompieron los platos se quedaron con poca ropa y, frente al escenario, corrían mientras gritaban los nombres de las artes escénicas. Luego de quedar exhaustos, fumaron un cigarro.

La resistencia física de los actores está constantemente a prueba hasta el extremo. Los movimientos y la ropa uniformes están diseñados para eliminar cualquier signo de individualidad.

''El poder de la locura teatral'' es una actuación histórica y la historia en la fabricación. Esta producción significó la consagración internacional del cuerpo de la obra de Fabre, y revela el punto final donde la economía de la ilusión se encuentra a sí misma y trasciende.

En el montaje, el coreógrafo y director Fabre desarrolla los principios del poder y esquematiza el sistema de disciplina.