Israel hecho por Enrique Norten

GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/2013).- Qué tiene que hacer un arquitecto multipremiado por sus proyectos con museos, auditorios, bibliotecas, residencias, campus universitarios, en la elaboración de un pabellón efímero, con material reciclable dentro de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara?

Pues eso: resignificar la importancia de los espacios culturales sin que para ello importen el tamaño, la duración o los materiales.

Enrique Norten, uno de los arquitectos de mayor renombre en el país y con sólido reconocimiento internacional, aceptó la petición que le hizo la embajadora de Israel, Rodica Radian Gordon, para diseñar el pabellón de ese país en los mil 700 metros que tendrá en Expo Guadalajara del 30 de noviembre al 8 de diciembre.

¿Por qué lo hizo? No tenía una relación previa con Israel, su despacho acaba de ganar un concurso para construir un campus para la Nasa en Estados Unidos, está en decenas de proyectos simultáneamente en Nueva York, Miami, Washington y algunas ciudades de Canadá, y sin embargo se hizo espacio. ¿Por qué? Al parecer porque es un reto y se quiso dar un gusto.

“Parte de lo interesante es precisamente ese desafío: construir algo en tres o cuatro días, va a durar una semana y hay que desmontar en otros tres o cuatro días. Es un ejercicio de arquitectura muy interesante (…) Y sí, es un gusto. Además, no necesariamente el tamaño de los proyectos o de las obras distinguen la calidad o las capacidades de la arquitectura”, dice el arquitecto en sus oficinas de la Condesa, en la Ciudad de México.

En esa emblemática colonia de la capital, Norten ha dejado huella. Su sello principal es la combinación entre figuras geométricas y uso de materiales considerados rudos: lámina de acero acanalada, estructuras tubulares. La Escuela Nacional de Teatro, en el Centro Nacional de las Artes, es un buen ejemplo de lo que este arquitecto ha aportado al país.

Sobre el proyecto de la FIL se muestra reservado: no quiere echar a perder la sorpresa, pero adelanta que será un espacio que hablará de lo que es hoy el Estado de Israel.

“El pabellón mostrará una visión de Israel como un lugar de comunicación, de proposición cultural; precisamente lo contrario a esta imagen que se privilegia últimamente: la de un lugar de conflictos”, dice Norten.

La idea es que el Pabellón permita la charla, la convivencia y el intercambio de ideas, en un marco que facilite el goce de lo que el país invitado traerá a la FIL.

“Que la gente pueda intercambiar ideas, que pueda platicar, que se pueda entender la excelencia artística, científica  de un país joven en un lugar difícil del mundo”.

La relación con Guadalajara

Norten es conocido en Jalisco. Entre otras cosas, porque hace apenas unos años elaboró el proyecto del Museo Guggenheim de Guadalajara: un magnífico edificio de vidrio y acero que parecía estar suspendido sobre la barranca de Huentitán. Tras un largo y tortuoso recorrido, el proyecto se canceló, y esa es una de las razones por las que la relación entre Norten y Guadalajara es contradictoria.

“Tenemos una relación muy buena de amor y odio. Tengo grandes amigos y hemos tenido algunos golpes en Guadalajara. El Guggenheim, tú lo mencionaste,  fue doloroso, todos perdimos, pero la ciudad fue la que más perdió.”

SABER MÁS
Las joyas

El pabellón es efímero, pero será el empaque de objetos milenarios y documentos invaluables:

- Los rollos del Mar Muerto

- Facsímiles de las cartas de Einstein