Investigadores descifran los códigos de Da Vinci

CIUDAD DE MÉXICO (22/DIC/2010).- Desde hace años, quizá siglos, los estudiosos de la obra de Leonardo da Vinci han descubierto códigos o mensajes ocultos en cada uno de sus cuadros.

Así ocurrió en días pasados con el investigador italiano Silvano Vincenti, quien dio a conocer que La Gioconda, también conocida como La Mona Lisa, guarda en su pupila izquierda la clave de la identidad de la modelo en la que el pintor se inspiró.

Pero antes, en 1993, la escritora Vittoria Haziel publicó un trabajo que mostraba un documento de Da Vinci en el que el pintor “reconocía” la existencia de una mujer al lado de Cristo en el famoso cuadro La última cena. Los escritores Clive Prince y Lynn Picknett en su libro La revelación templaria, así como Dan Brown en su novela El código da Vinci, afirman también esta teoría.

En noviembre pasado, Maurizio Seracini, profesor de la Universidad de San Diego, dio a conocer que debajo de la pintura La adoración de los magos se descubrieron trazos que podrían ser un autorretrato del propio Leonardo.

Anteriormente otros científicos encontraron una pintura detrás de La virgen en las rocas. Se trata de una mujer arrodillada, con un brazo extendido, lo cual llevó a los expertos a creer que Da Vinci tenía planes para pintar la adoración del niño Jesús.

Pero la obra maestra que más polémica ha causado es La Gioconda. La sonrisa, sus manos, su supuesto embarazo, la identidad de la modelo y el título del cuadro son algunas premisas que han alimentado diversas especulaciones respecto al cuadro.

Pese a todas las suposiciones, las respuestas a varias interrogantes en torno a esa obra de arte resultan insuficientes, lo cual genera más curiosidad entre los admiradores del cuadro.

Nuevos descubrimientos

Silvano Vincenti, presidente de la Comisión Nacional de Patrimonio Cultural Italiano, destaca que el genio renacentista era un conocido amante de los códigos y pintó una serie de letras diminutas en cada una de las pupilas de La Gioconda, esas letras invisibles al ojo humano son LV, están en color negro sobre verde-marrón en la pupila derecha, mientras que en la del lado izquierdo hay algunos problemas para descifrar las letras ya que no se identifica entre “b”, “s” o “ce”, lo que se considera de vital importancia para averiguar la identidad de la modelo.

Según la información que ha circulado en agencias, la historia “oficial” de esta pintura es que se trata de un retrato de Lisa Gherardini, esposa del mercader florentino Francesco del Giocondo, y que Da Vinci empezó a pintarla en 1503. Pero el investigador italiano no está de acuerdo, ya que mantiene que La Gioconda fue pintada en Milán.

También indica que detrás del cuadro aparecen los números 149, con un cuarto número medio borrado, lo que sugiere que Da Vinci lo pintó cuando estaba en Milán en la década de 1490, usando como modelo una mujer de la corte de Ludovico Sforza, el duque de Milán.

El misterio de la pintura ya ha sido objeto de teorías también en la ficción, como en el caso de la novela El código da Vinci, en la que el autor, Dan Brown, sugiere que el nombre es un anagrama para Amon l’Isa, en alusión a antiguas deidades egipcias.

En tanto, para el ya fallecido Ernst Hans Josef Gombrich, en su libro La historia del arte, señaló que el acierto de Da Vinci radica en la técnica que usa para pintar sus cuadros.
La técnica consiste en un efecto vaporoso que se obtiene por la superposición de varias capas de pintura extremadamente delicadas, proporcionando a la composición contornos imprecisos y un aspecto de vaguedad y lejanía. Un efecto que según Gombrich deja siempre algo a la imaginación.