Cultura | Son cuatro esculturas de los siglos XVII y XVIII INAH restaura imágenes de Niño Dios Especialistas del INAH efectuaron la conservación de cuatro esculturas que datan de los siglos XVII y XVIII Por: EL INFORMADOR 30 de enero de 2011 - 20:04 hs Se trata del Niño Hallado y el Niño de las Suertes considerados milagrosos. INAH.GOB.MX / CIUDAD DE MÉXICO (30/ENE/2011).- En México, la imagen del Niño Jesús tiene una profunda veneración y algunas de sus advocaciones son reconocidas como milagrosas; bajo la premisa de preservar estas figuras de culto en el mejor estado posible, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) restauró cuatro de estas esculturas que datan de los siglos XVII y XVIII, algunas desconocidas por el público porque forman parte del culto claustral de monjas. “El objetivo de este proyecto, considerando que son objetos de devoción, es el que se encuentren en buen estado y dignamente mostrados a los feligreses. Así mismo, se trata de devolver a estas piezas su valor histórico y estilístico, más allá de considerar su importancia dentro de la religiosidad popular, pues cada escultura lleva implícita una serie de cualidades distintas”, explicó la restauradora Katia Perdigón. A partir de su tesis doctoral, en la que aborda esta representación de Jesús niño desde los aspectos teológico, histórico, antropológico, estético y de la religiosidad popular, la investigadora de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH, presentó este proyecto de carácter interdisciplinario de restauración para poner en valor estas esculturas. “Lamentablemente muchas de las imágenes milagrosas del Niño Jesús son llevadas a artesanos para su restauración, una de las consecuencias es la pérdida de su historicidad y su parte estética debido a que las repintan o raspan la pintura original para colocar una capa moderna”. Resultado del acercamiento previo con las monjas concepcionistas del Convento del Dulce Nombre de María y San Bernardo —que hasta hace poco tuvieron su sede en la colonia Tacubaya y actualmente se encuentran en Santiago Tepalcatlalpan, Xochimilco, en el Distrito Federal—, se decidió analizar y restaurar cuatro de las esculturas de Niño Dios, que tienen bajo su custodia. Se trata del Niño Hallado y el Niño de las Suertes, considerados milagrosos, y el Niño Esposito y el Niño Agustinito, que forman parte de la vida claustral de las monjas y, por lo tanto, son desconocidos para los parroquianos. Fue entre 2009 y 2010 cuando se emprendió este proyecto piloto, con la participación de expertos en disciplinas como física, química, biología, antropología física, restauración e historia, adscritos a diversas dependencias del INAH, así como de las universidades Nacional Autónoma de México y Autónoma Metropolitana. Los cuatro niños Dios son tallas en madera, con medidas que varían de los 30 a los 60 centímetros y guardan posiciones distintas: el Niño Hallado es una escultura de pie; el Niño de las Suertes es una representación pasionista (relacionado con la Pasión de Jesús) recostado sobre un cráneo; el Niño Agustinito tiene su propia cuna con símbolos relativos al Cordero Pascual y los sellos del Apocalipsis; mientras el Esposito es la figura de un niño de cuna. De acuerdo con el análisis de los materiales y la investigación en historia del arte, el más antiguo de ellos es el Niño Hallado, el cual hizo su “aparición” en el siglo XVIII, pero posiblemente fue manufacturado un siglo antes, no en México, sino en España. A su vez, el Niño de las Suertes que es motivo de una importante devoción en la actualidad, “apareció” en el siglo XIX, sin embargo su factura es del XVIII, lo mismo que en el caso de los niños Esposito y Agustinito. La doctora Katia Perdigón explicó que al no ser esculturas de exhibición sino de devoción, su proceso de conservación fue distinto, “la principal preocupación era asegurar su estabilidad material, trabajar las posibles roturas, fisuras y problemas que agreden directamente a la materia, para ello fue necesario conocer primero la constitución de la propia madera y de la capa pictórica. “En el caso concreto de las dos imágenes expuestas a los feligreses, el Niño Hallado y el Niño de las Suertes, se hizo un diseño específico para su seguridad y evitar caídas. Al primero se le diseñó un soporte debido a que está parado; mientras que en el caso del Niño de las Suertes, debido a que su problema está en su estructura interna, ahora su cama tiene un sistema anatómico”. Temas Artes Plásticas INAH Arte sacro Restauración Lee También ¿Por qué Santa Cecilia es considerada la patrona de los músicos? El plátano más caro del mundo será comido; esto costó el bocado Benito Santos entreteje el presente de la moda en Jalisco Alejandro Gou marca tendencia en la cartelera Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones