Humberto Ramos lleva sus superhéroes a Madrid

GUADALAJARA, JALISCO.- En el universo de los cómics del dibujante Humberto Ramos (Ciudad de México, 1970), Caperucita Roja lleva minifalda, botas y medias hasta la rodilla y no teme al lobo feroz. De hecho, los dos deciden que ese cuento ya no les vale y que quieren ser amigos. El problema es que esta amistad rompe una ley de los cuentos de hadas y los dos se convierten en fugitivos. Ésta es la historia de Fairyquest, el cómic que el dibujante sacará a inicios de 2010, y uno de sus dibujos inéditos ya puede verse en la Casa de América de Madrid (España), en la exposición Superhéroes sin fronteras.

“Es un producto de autor que haré con Paul Jenkins. Lo vamos a presentar en Francia, en el Festival Internacional de Angoulêmemarzo. La historia cuenta el recorrido que los dos tienen que hacer hasta llegar a ser amigos”, cuenta Humberto Ramos.

El dibujo de Fairyquest es uno de los 18 trabajos que el artista mexicano expone en la Casa de América. La muestra se centra en su trabajo para Marvel, donde destacan los dibujos de X-Man, Spiderman y otros cómics estrella de la editorial.

Humberto Ramos fichó por Marvel hace siete años y, a través de su lápiz, Spiderman ganó nueva vida y nuevas formas: “Lo hice un poco más delgado e intenté jugar algo más con los ojos, pese a que lleva máscara. Marvel siempre nos pide que le imprimamos un sello personal a los dibujos, pero al ser un personaje ya establecido me limita un poco”, explica.

De toda la serie, el que más le ha gustado dibujar fue el Duende Verde. “Ha sido mi mayor logro. Cuando yo llegué, ellos querían un cambio e hice mi propuesta: lo dibujé con un nuevo traje, una armadura medieval y la mirada muy desquiciada. Pese a que creía que era bueno, nunca pensé que fuera a pasar nada con el personaje. Pero la verdad es que los dibujantes que llegaron después lo mantuvieron igual”

El sueño americano

Dos años fueron suficientes para conseguir un cómic renovado y el reconocimiento internacional. En 2005 su trabajo era distinguido con un premio Harvey -uno de los galardones más antiguos y más respetados de la industria- en la categoría de mejor artista de versiones.

Atrás quedaban años de lucha por el sueño americano. “Yo quería ser dibujante y, además, dibujante de superhéroes, y en México sólo existía el Chapulín Colorado y ya estaba ocupado”, recuerda entre risas. Fue cuando decidió ir a Estados Unidos, a la Convención de San Diego, para enseñar su trabajo. En 1992 le cerraron las puertas, pero al año siguiente volvió y lo contrataron. “Enpecé en una empresa pequeña, de esas que casi no pagan y trabajas por amor al arte. Pero los editores hablan entre ellos y, si te esfuerzas, tu trabajo es reconocido”.

Y así fue. En poco tiempo estaba en DC Cómics. De allí a Marvel fue sólo un paso. “Renovó la imagen de los superhéroes para el gigante de Marvel y es muy popular entre el gran público y también entre otros dibujantes. De hecho, fueron muchos los autores que comenzaron a basarse en su estilo, que informalmente se ha bautizado como el ‘estilo Ramos’”, dice Israel Doncel, organizador de la exposición en Madrid.

A sus 39 años ha conseguido el reconocimiento de la industria y la admiración de los lectores. Humberto Ramos lo agradece, pero no le da mucha importancia. “En esta profesión sólo hay un 3% de artistas, yo soy sólo un dibujante. Hay algunos -Canepa, Barbucci o Lee Bermejo- que, esos sí, me llevan a un lugar distinto. Ojalá supiera lo que hace falta para llegar a ser un artista. Al final, yo sólo dibujo muñequitos”.

“Ojalá supiera lo que hace falta para llegar a ser un artista”, Humberto Ramos (dibujante)