Viernes, 20 de Septiembre 2024
Cultura | La venta fue organizada por Sotheby's

Goya y Zurbarán, figuran en subasta en Londres

Obras de los pintores españoles fueron compradas en varios millones de euros

Por: EFE

LONDRES, INGLATERRA.-El óleo sobre lienzo Prometeo, del pintor tenebrista español José de Ribera, batió hoy un récord en una subasta en Londres, donde también destacaron Francisco de Goya y Francisco de Zurbarán.

La obra de Ribera se adjudicó por tres millones 84 libras (cuatro millones 45 euros) y, según confirmó un portavoz de la casa de subastas Sothenby's, "es un nuevo récord para el artista".

Además, el Retrato ecuestre de Don Manuel Godoy, duque de Alcudia, de Goya, se vendió por dos millones 61 libras (tres millones tres mil euros) y se erigió en la "tercera obra más cara de Goya vendida en subasta", según la firma.

De Zurbarán se adjudicó en esa segunda subasta el Retrato del doctor Juan Martínez Serrano, por 825 mil libras (957 mil euros).

La obra de Goya, Retrato ecuestre de Don Manuel Godoy, duque de Alcudia, se quedó lejos del récord del maestro aragonés, que corresponde a Suerte de varas, vendido en diciembre de 1992 en Sotheby`s en Londres por cuatro millones 95 libras.

El cuadro, que mide 55.2 por 44.5 centímetros, representa a Manuel Godoy, el valido del rey español Carlos IV, a caballo y está inspirado en el retrato ecuestre de Felipe IV de Diego Velázquez, un pintor muy admirado por el genial aragonés.

Godoy aparece en el cuadro vestido con el uniforme de la Guardia Real de Corps y durante años se pensó que era el primer retrato que hizo del valido, hasta que unas radiografías demostraron que había otro anterior.

En cuanto a Zurbarán, su Retrato del doctor Juan Martínez Serrano, un óleo de gran formato -193 por 107 centímetros-, superó el precio mínimo estimado (800 mil libras) por los subastadores.

Martínez Serrano era un eclesiástico y profesor de Segovia, nacido en 1578 y fallecido en 1653, que ocupó una cátedra de teología en el Colegio Mayor de San Salvador, en Sigüenza.

La mayoría de los expertos fechan el retrato entre 1630 y 1640 y algunos suponen que Zurbarán lo pintó durante su estancia en Madrid en 1634, cuando se dedicó a decorar el Salón Grande del Nuevo Palacio del Buen Retiro.

Hay quien, sin embargo, lo considera un retrato póstumo encargado al pintor por el Colegio en honor de tres profesores fallecidos, por lo que se cree que el artista extremeño lo habría pintado en su última etapa madrileña, entre 1658 y 1664.

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