Goran Petrovic no es para perezosos

GUADALAJARA, JALISCO (25/NOV/2012).- Parece que siempre está enojado, hasta cuando sonríe. Su gesto es tan duro y firme como sus frases. Tiene uno de esos acentos que los tapatíos acostumbran escuchar sólo en los festivales de cine. Se trata de Goran Petrovic, escritor serbio nacido en el año de 1961, y que está en Guadalajara para presentar "El cerco de la iglesia de la Santa Salvación", novela que en su idioma original salió a la venta hace 15 años, pero su traducción apenas llegó a la ciudad.

La historia está contada en tres ejes, que van desde el asedio a un monasterio serbio, la toma de Constantinopla y la vida de un hombre nacido en el Siglo XX. Ante la complejidad de la trama, en la que se abordan tintes históricos y de ficción, trazos de amor y traición, así como la misma guerra, Petrovic dice, como regañando a alguien: "A mí no me gustan los lectores perezosos. Un lector realmente tiene que pasar por todo lo que pasan los personajes y los héroes de un libro. Hablando metafóricamente, si los héroes caminan, los lectores también deben hacerlo; si los personajes tienen frío, el lector también debe sentirlo, igual si tiene calor".

En estos términos, el lector también deberá sentirse cercado en este monasterio que, siguiendo con el tono metafórico, conforma uno de los pilares del libro.

El autor serbio afirma que este libro no involucra a la historia oficial. Incluso, le gusta describirla como una novela antihistórica. Si bien es cierto que algunos hechos de no ficción están regados en la obra, él prefirió enfocarse en crear pequeñas historias involucradas con los grandes sucesos, ésas que se encargan de darle el toque humano. Para tal fin profundizó en un trabajo de investigación para conocer la cultura de las épocas en las que transcurre la narración, y así poder saber a fondo qué comían, vestían y cuál era su modo de hablar.

"Yo confronté a la historia. Nosotros sólo nos enteramos de eventos más grandes, de algunas fechas y gobernantes, pero no conocemos las pequeñas historias humanas; a diferencia de la historiografía, la literatura registra los pequeños relatos humanos, me estuve preparando mucho tiempo para trabajar esta novela".

Aunque en su trayectoria se ha ganado el reconocimiento de sus lectores, hay quienes señalan a Goran Petrovic de siempre acudir a lo irreal, "eso no es cierto realmente". Afirma que incluso en las narraciones más fantásticas, siempre hay un trago de realidad. Pero a quienes lo critican, dice: "Aunque algo sea irreal, no deja de ser humano", por el simple hecho de que conforma la esperanza de la gente, como los sueños y los mitos.

Sobre su próximo proyecto, dice con su tono estricto, no sabe nada. A él no le gusta andar escribiendo historias que ya ha desarrollado en su mente, pues le faltaría algo de sabor a la hora de llevarlas al papel. Después de todo, si a él no le interesa algo que escribe, ¿por qué tendría que interesarle al lector?

"Es un placer estar en la FIL. Yo he visitado muchas ferias de libros en el mundo, y nuca he visto esa combinación de vivacidad o elegancia a la vez".

La frase:

"Los héroes y los personajes no tienen que obedecerle siempre al escritor, sino que tienen sus vidas propias".

Goran Petrovic, escritor.

EL INFORMADOR/ ROBERTO MEDINA