Gennadi Nedvigin, entre sueños y 'Despertares'

GUADALAJARA, JALISCO (27/JUL/2016).- Cada generación tiene sus gigantes, y en la danza, Gennadi Nedvigin es uno de ellos. La prensa especializada no ha escatimado elogios para el trabajo de este ruso, que forma parte del magno grupo de bailarines que se presentará en la gala de “Despertares”, el próximo 30 de julio en el Auditorio Telmex.

El diario estadounidense The New York Times definió el trabajo de Nedvigin como asombroso. “Es un parangón de fineza. Frecuentemente aterriza en el escenario de forma silenciosa y sobre una pierna. Ejecuta cada posición de forma veloz y sin que parezca que hace esfuerzo alguno”. Estas palabras, viniendo de uno de los medios más prestigiados del mundos, podrían hacer que muchos pierdan el piso. Para Gennadi sin embargo, es un honor.

No es la primera vez que Gennadi toma parte en “Despertares”, espectáculo donde una de las principales figuras será el bailarín tapatío Isaac Hernández, “será mi tercera vez tomando parte en esta gala —explica—, y es un evento emocionante, porque siempre busca llevar la danza a los públicos más asombrosos”.

—Mencionas que es tu tercer gala de Despertares, ¿en qué es diferente a las anteriores?

—Mucho, porque será la última que haga como bailarín. No podría haber pedido una mejor manera de terminar mi carrera que con este grupo de bailarines, incluyendo Isaac.

—¿Cómo es trabajar con Isaac?

—¡Amo a Isaac! Tenemos un mutuo respeto y artísticamente compartimos muchos valores hacia nuestra profesión. Es difícil encontrar colegas con la misma ética, especialmente cuando todos venimos de diferentes partes del mundo. Es mi último año en Despertares, pero espero poder seguir trabajando con Isaac en un futuro, y traer a la compañía de ballet que yo lidero —Atlanta Ballet— algún día a México.

—¿Con qué soñabas al comenzar tu carrera y qué metas tienes todavía?

—Volverme bailarín principal de una de las compañías más granes y renombradas del mundo, actuar los papeles más importantes y crear nuevos. Con eso soñaba.

Ahora estoy por comenzar una nueva fase en mi vida, y mi meta es convertirme en un exitoso director artístico y permitir que nuevos talentos encuentren su lugar en el escenario.

También son importantes mi familia, mi esposa y mi hija. Ellos son mis tesoros.

—Cuando estás en el escenario, ¿en qué piensas? ¿qué es lo que te motiva a bailar?

—Mi idea principal es conectar con la audiencia a través de la coreografía de las piezas que estoy ejecutando. Mi meta es precisamente que el espectador sienta a través de mis movimientos toda la energía y emoción que hay en mi mente en ese momento.  

—¿Recuerdas para cual papel te tuviste que preparar más?

—Hay tres roles que han sido muy interesantes en la forma en que los fui construyendo, tanto en lo mental como en el reto físico. El primero fue para "Prodigal Son", de George Balanchine, porque después de hacerlo fui promovido a bailarín principal.

El segundo fue “Albrecht” en el ballet de “Giselle”, que siempre fue el papel con el que soñé. El tercero es “Lensky” en “Onegin”. Fue mi último rol en el San Francisco Ballet, así que lo veo como algo simbólico.

—Si no hubieras sido bailarín, ¿qué profesión te hubiera gustado?

—¡Me encantan las flores! Creo que habría tenido una florería.

Tecnología sí, pero con reservas

Aunque el ballet se ha beneficiado con algunos avances tecnológicos, para Gennadi estos pasos deben darse en función de las necesidades del director o coreografo, y no de forma forzada, con el riesgo de que la parafernalia termine restando la atención del espectador hacia los bailarines.

“Tengo una experiencia en ese sentido. Fui parte como bailarín y maestro de “Swimmer” de Yuri Possokhov, y allí agregamos nueva tecnología. Esa incorporación no le restó atención a los bailarines, sino que ayudó a profundizar la experiencia del espectáculo. Así confirmo que no es malo usar tecnología en el ballet, siempre que sea en beneficio de la historia”.