CIUDAD DE MÉXICO.-Al igual que El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, La Familia Burrón, de Gabriel Vargas (1918), representa en pleno siglo XXI un clásico que no pierde su frescura, aseguró el historiador Agustín Sánchez González. Entrevistado previo al paseo literario Los pasos de Gabriel Vargas: del ''Día del tráfico'' a la Familia Burrón, el también coordinador del Museo de la Caricatura de la Ciudad de México, afirmó que la obra de este reconocido cartonista sigue están tan vigente como cuando apareció hace 61 años. Definió a esta historieta como una publicación que presenta consistentemente una crítica humorística sobre la sociedad mexicana y sus cualidades tanto positivas como negativas, desde la perspectiva de una familia de escasos recursos. A decir del también investigador del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas del INBA, La Familia Burrón sigue publicándose, aunque no con la intensidad con la que se realizo hace 30 años, cuyo tiraje semanal era de 500 mil a la semana. "Todo mundo leía a esa familia y su éxito ayer y hoy radica en que es como un espejo de la sociedad mexicana. La literatura al igual que cualquier arte, es una expresión de lo que somos, y cuando uno se siente identificado, tiene un mayor impacto", expresó. Recordó que hace seis décadas, esta familia integrada por Don Regino Burrón, Doña Borola Tacuche, y sus hijos Macuca, Fósforo Cantarranas y Regino, alias "El Tejocote", llegaron para revolucionar la historia de la caricatura en México. "Cautivaron la atención de millones de mexicanos con sus humorísticas aventuras ilustradas en los ejemplares que a diario colmaban los puestos de periódicos del país", agregó. El paseo literario consistió en un recorrido por dos puntos importantes; el primero partiendo en el Hemiciclo a Juárez, que es el lugar donde Gabriel Vargas se sentó a los 13 años de edad y creó un dibujo impresionante que retrata a más de 500 personas, llamado "Día del tráfico" (de ahí el nombre del paseo). De acuerdo con Sánchez González, "se trata de un dibujo interesante porque es la visión de un niño, un dibujo que no es de un profesional, pero que de alguna manera, vislumbra lo que serán en un futuro las obras de Vargas". Posteriormente, se acudió al Museo de la Caricatura para admirar una réplica del dibujo original y conocer más aspectos de la inventiva de su autor. "El paseo tiene como objetivo que la gente sepa quién es Gabriel Vargas, lo que ha hecho. Recuperar a este autor como personaje de la crónica y mostrar cómo la historieta y la caricatura son otra forma de lenguaje literario", indicó. Sobre el cartonista mexicano, afirmó que una de las grandes aportaciones a la cultura mexicana fue el lenguaje que empleó en dicha historieta, "un lenguaje en el que rescata el uso de los adjetivos y los apodos". "Muchas palabras que se convirtieron en parte de la cotidianidad como el de ''a mover bigote'', en alusión al ir a comer", agregó. A sus 95 años de vida, Gabriel Vargas representa uno de los más destacados exponentes de la caricatura mexicana, concluyó.