Cultura | Es considerado el precursor del Existencialismo Filosofaba Soren Aabye Kierkegaard en los cafés europeos El existencialismo fundamenta es que son los seres humanos, en forma individual, los que crean el significado y la esencia de sus vidas Por: NTX 4 de mayo de 2009 - 09:28 hs CIUDAD DE MÉXICO.- El filósofo y teólogo Soren Aabye Kierkegaard, nacido el 5 de mayo de 1813 en Copenhague, Dinamarca, gustaba de pasear por los cafés europeos, en los que encontraba el ambiente propicio para hacer su filosofía del Sufrimiento y la Angustia. Por las tardes, Kierkegaard caminaba concentrado por cafés italianos hasta llegar a su preferido en Palermo, uno de los sitios en los que profundizaba sobre sus pensamientos existencialistas. El fue el precursor de este movimiento filosófico (Existencialismo), cuyo postulado fundamental es que son los seres humanos, en forma individual, los que crean el significado y la esencia de sus vidas. Dicha corriente destaca el hecho de la libertad y la temporalidad del hombre, de su existencia en el mundo más que de su supuesta esencia profunda. Las cuestiones filosóficas del existencialismo tienden a escudriñar en lo profundo de la condición humana. Emergió como movimiento en el siglo XX, en el marco de la literatura y la filosofía, heredando algunos de los argumentos de filósofos anteriores como Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche y Unamuno. Soren Aabye Kierkegaard, por su nombre completo, es el creador de un concepto filosófico pletórico de romanticismo y figuras religiosas subjetivas. Su padre era un rico comerciante y un estricto luterano, cuya tenebrosa piedad, dominada por un sentimiento de culpa y fantasías morbosas influyeron directamente en el joven Kierkegaard, quien, a decir de sus biógrafos, físicamente era jorobado y algo deforme. Estudió Teología y Filosofía en la Universidad de Copenhague (1830), donde conoció a fondo la filosofía hegeliana, contra la que reaccionó con apasionamiento. En la Universidad abandonó el protestantismo luterano y durante un tiempo llevó una extravagante vida social, con situaciones conflictivas y atormentadas. Tras la muerte de su padre en 1838, Kierkegaard profundizó en problemas religiosos, no en vano su filosofía se ha caracterizado como un existencialismo cristiano. En 1840 se comprometió con Regine Olson, de 17 años, pero muy pronto se dio cuenta de su incapacidad para mantener ese vínculo, rompiendo el compromiso matrimonial al siguiente año, hecho que liberó en él la primera ola impetuosa de su actividad estética y creativa. Muestra de ello fue que concluyó sus estudios con la redacción de una excelente tesis sobre el concepto de la ironía. Fue en esa época que se dio cuenta de que no quería ser un pastor luterano. La herencia recibida de su padre le permitió dedicarse por completo al pensamiento filosófico y durante los siguientes 14 años escribió más de 20 obras. Para los estudiosos de su obra, ésta tiene tres características básicas: está encuadrada dentro del romanticismo, es mayormente una respuesta a Hegel y está teñida por una introspección marcada por la propia historia de Kierkegaard. Esto último hace presente ese subjetivismo del que tanto habla en sus obras, la lucha para restaurar la existencia frente a lo absoluto de la filosofía de Hegel, la lucha por reivindicar la libertad perdida en la marcha de la conciencia, la melancolía y la culpa, productos de su propia experiencia personal. En sus primeros trabajos, Kierkegaard dijo que había dos tipos de vida que llamó estético y ético; más tarde, cuando maduró su teoría, afirmó que eran tres los estadios fundamentales de la vida que marcaban las esferas de existencia en lo individual: estético, ético y religioso. "El hombre está hecho de partes diversas y opuestas, es una síntesis de cuerpo y espíritu, de temporal y eterno, de finito e infinito, de necesidad y libertad", sostuvo. En sus últimos "Trabajos y Estudios en el camino de la vida" (1845), Kierkegaard percibió en el sometimiento al deber una pérdida de responsabilidad individual y propuso el nivel religioso, en el que se sometió a la voluntad de Dios, pero al hacerlo encontró su auténtica libertad. Soren Aabye Kierkegaard falleció en la misma ciudad danesa de Copenhague, el 11 de noviembre de 1855, y su última voluntad fue dejarle todo cuanto poseía a la mujer que siempre amó con discreción y respeto, Regina Olson. Actualmente, en la casa donde vivió Kierkegaard, en Copenhague, se conservan objetos y documentos escritos por el filósofo, que fueron recopilados con la ayuda de la señora Olson para formar un pequeño pero emotivo museo, en el que este año se recordará el 150 aniversario de su muerte. Temas Literatura Escritores Filosofía Lee También Un diálogo entre la poesía y las artes gráficas Este es el libro argentino que levantó la furia del gobierno Amin Maalouf recibirá el "36 Premio Internacional Catalunya" FIL Niños, entre pensamiento crítico y diversidad Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones