Encuentro imaginario entre Kurt Cobain y Frank Sinatra

GUADALAJARA, JALISCO (09/ENE/2014).- El destino se puede cambiar, pero cuando se toma una decisión a conciencia no hay poder humano que haga desistir. El pasado 5 de abril de 1994, el vocalista de Nirvana, Kurt Cobain decidió terminar con sus días, su herramienta fue una escopeta Remington. Esta noche, el público asistente al Estudio Diana viajó en el tiempo para atestiguar un encuentro imaginario entre el mítico músico del rock y una leyenda de la balada, el aclamado Frank Sinatra, en la puesta en escena, “No te preocupes ojos azules". El padre de Nancy Sinatra llegó del purgatorio del futuro para tratar de evitar la acción fatídica que cometió el intérprete de “Smells like teens spirit”.

En punto de las 20:30 horas y conforme llegaba la audiencia comenzó la trama; en una hora de desarrollo, la soledad de dos hombres se hizo presente en el escenario, una escenografía mínima donde se apreciaba un escritorio, una grabadora, la fotografía de un bebé, drogas y alcohol, entre otros elementos, bastaban para recrear uno de los momentos que pasarían a la posteridad en los principales diarios del mundo.

Ya había comenzado el montaje y aún se podía escuchar a una pareja de esposos chacotear, incluso mientras Kurt Cobain encarnado por Ghanem Casab encendía lo que parecía ser un cigarro; los fotógrafos de sociales disparaban “flashazos” a la pareja en cuestión. La atención llegó cuando apareció Frank Sinatra, interpretado por Eduardo Preciado, bajando por las escaleras del inmueble hasta llegar a donde estaba el músico de Nirvana.

El embajador de “My way", canción emblemática de los trovadores y los adoloridos, con whisky en mano tenía una encomienda que Dios le había ordenado, evitar que Kurt se quitara la vida, aunque éste ya no tenía la menor duda de la acción que iba a cometer. Esta reunión que pocos se hubieran imaginado y que se cristaliza en la pluma del dramaturgo mexicano Sergio Zurita, es una suerte de rompecabezas en la que cada pieza representa un sentimiento, entonces, el público puede sentirse identificado en algún momento con la ira, la tristeza, el desasosiego y otros tantos motivos que incitan a la nostalgia y a hacerse la pregunta, ¿para qué vine al mundo? Un juego de reflexión que invita a navegar en la introspección.

Dirigidos por el español Jordi Vall, los actores envuelven rápidamente con sus diálogos aterrizados a la idiosincrasia mexicana, aunque por momentos se perdía la atención por el ruido de un par de celulares y el secreteo de algunos espectadores pese a que no había un nutrido espacio de lugares ocupados.

Así pues, Cobain y Sinatra dialogaban de la vida, de la muerte, de los excesos, de las mujeres, de la familia, del pasado, del presente y el futuro que les esperaba a ambos. Las discusiones y los puntos de vista para debatir eran también importantes en una suerte de relación amistosa que de haber sido verdad, muchas anécdotas se contarían entre estos dos personajes.
“No te preocupes ojos azules” se presentará todos los jueves y viernes de enero en el Estudio Diana hasta el día 31.

SABER MÁS:

La obra de teatro llega por primera vez a Guadalajara, a través de Gustavo Aguilar, un productor de 18 años que se enamoró del texto de Zurita. En noviembre de 2013, “No te preocupes ojos azules" tuvo su estreno en Forito, teatro ubicado en Lerdo de Tejada; fue hasta noviembre que el montaje se instala en Estudio Diana con una corta temporada y ahora en enero de 2014 retoma la cartelera del recinto.

EL INFORMADOR / ENRIQUE ESPARZA