El tango conquista a los serbios

BELGRADO, SERBIA.- Los ritmos del tango argentino han conquistado de nuevo Belgrado y han confirmado que el espíritu de Buenos Aires tiene cabida en un ambiente balcánico a miles de kilómetros.

El Festival Internacional de Tango de Belgrado ha cautivado a los belgradenses y se confirma como un clásico y una tradición del calendario cultural serbio.

Unos 300 tangueros de la capital serbia, alumnos de la escuela de tango de la Asociación belgradense de Tango, participaron el pasado fin de semana en el festival, que culminó con la actuación en una gran milonga de dos parejas de bailarines argentinos: Gustavo Rosas y Gisela Natoli; y Damian Esell y Nancy Louzán.

Nikolic, el único bandoneonista de Serbia, dijo que este festival reúne también a bastantes turistas extranjeros que llegan a Belgrado para bailar el tango.

Durante el festival, Rosas y Natoli, bailarines, coreógrafos y maestros en fusionar el tango tradicional con el nuevo, también dieron varias clases magistrales a los tangueros belgradenses.

Rosas declaró que en las décadas pasadas no sólo ha habido novedades en la música de tango, como las que introdujo el gran compositor argentino Astor Piazzolla, sino también un avance en lo que respecta a la danza desde la década de 1930 hasta hoy.

Rosas insistió en que en sus clases intenta transmitir que se pueden añadir al tango tradicional movimientos de otras danzas, pero lo importante es "no perder la esencia del tango de bailar a piso, abrazado, sintiendo la música y pisando siempre los dos juntos".

Un concepto base desde el que se puede progresar, recalcó, al recordar que hoy en día ha crecido mucho el tango popular en todo el mundo.

En Belgrado también hay varios grupos musicales que tocan el tango, el más conocido de ellos Beltango, que se ha ganado reconocimiento internacional y cuyo aporte ha sido crucial para la difusión del tango en Serbia.

Esa orquesta también trabaja con los jóvenes alumnos de escuelas de música para asegurar la continuación y el desarrollo del espíritu tanguero en Serbia.