El mundo es un cúmulo de recuerdos y emociones, según Mastretta

CIUDAD DE MÉXICO (23/OCT/2012).- La escritora mexicana Ángeles Mastretta afirmó hoy que "el mundo no nada más es el horror que nos cuentan los periódicos", sino un cúmulo de recuerdos y emociones que ella ha reunido en un nuevo libro de "esperanza" y "alegría por la vida".

"Están nuestros amores esenciales, nuestras alegrías, nuestros amores de cada mañana. El mundo no nada más es el horror que nos cuentan los periódicos. Cada quien tiene una historia personal y una buena parte de la historia personal de los demás puede estar llena de alegrías", dijo en entrevista Mastretta a propósito del lanzamiento de un nuevo libro de relatos.

La autora (Puebla, 1949) ha escarbado en el recuerdo y rescatado a lo largo de dos años detalles de su infancia, de la vida de sus padres y antepasados italianos, de la historia de México y situaciones íntimas en 89 narraciones cortas reunidas en "La emoción de las cosas" (Seix Barral, 2012).

Amparada en la "gratitud" hacia su familia y hacia algunos de sus seres queridos, Mastretta señala que este es un libro de ficción, "esperanza" y "alegría con la vida, que es una cosa que está pasando poco".

"La gente está mucho más puesta en quejarse, en pasarlo mal y en decir 'qué horrible es el mundo' y entonces yo saco esto. Y no faltará quien lo califique de 'naif' y cursi, porque está empeñado en decir 'pasa todo esto (lo negativo, lo terrible), pero también todo esto' (lo emocionante y que nos alegra), y no lo vemos", apunta.

"A lo mejor por eso va a ser leído con gusto porque la gente necesita que alguien le diga 'esto no está tan horrible, en realidad está hasta bien'", refiere.

La también autora de "Arráncame la vida" (1985), "Mujeres de ojos grandes" (1990) y "Mal de amores" (1997) confiesa que la historia surgió "como una memoria de esa pareja", sus padres, que aparecen en el cuento "Mis dos cenizas", en el que la protagonista, su hija, se pregunta quiénes eran cuando ya han muerto.

"No sentí que yo pudiera hacer una novela con eso (los recuerdos de sus progenitores). Sentí que era demasiado real para volverlo ficción, no quise hacerlo y lo acabé volviendo una confesión de parte de todo lo que sé, pero también de lo que no sé", comenta.

Escribiendo y mirando atrás reunió textos como "Atisbos del Piamonte", una mirada a sus antepasados italianos; "Así escribo", una breve confesión sobre los afectos hacia sus herramientas de escribir; o "La orquesta", un relato muy breve y contundente, parecido a un haiku sobre la llegada de la primavera.

A diferencia de novelar, "que es irte de viaje a otro mundo, es inventarte otra realidad que te turbe menos o de modo distinto" que la inmediata, su nueva obra está plagada de interrogantes para ella que también son invitaciones a sus lectores a pensar en sí mismos.

"Este es un libro que está lleno de preguntas. Cada vez que terminas con un texto la gente acude a sí misma, acude a quiénes son sus papás, hermanos, la Navidad, el campo...", a pensar sobre sí mismos y sobre los motivos de esperanza que hay en su vida, tan distintos, señala.

Tras publicar estos relatos, Mastretta confiesa que se siente "como si fuera viernes en la tarde", aliviada de una carga que portaba desde hace tiempo y que finalmente tradujo en un conjunto de narraciones que espera que guste a sus lectores.

Admite que ha recuperado una "nueva libertad" y la sensación de ya hizo la tarea, lo que eventualmente la llevará a "jugar con otras cosas, inventar", irse al siglo XVII" o a donde sea para construir personajes e historias maravillosas de una futura novela.