Cultura | Por: Antonio Ortuño El mundo alucinante Con V de Vian Por: EL INFORMADOR 6 de noviembre de 2011 - 01:57 hs GUADALAJARA, JALISCO (06/NOV/2011).- Una de las mayores sorpresas que la televisión por cable puede dar a sus abnegados suscriptores es la exhibición, por una vez, de una cinta que no se haya pasado ya mil noches anteriores o no sea completamente estúpida (o una combinación de repetición ad nauseam e imbecilidad; es decir, una cinta de Adam Sandler). Una de tales raras avis, novedosa y sugestiva, fue transmitida el viernes. La película en cuestión se llama V como Vian, dirigida y producida por el francés Phillipe Le Guay en 2010 y aborda, de un modo fantasioso y, por ello, apropiado, la divertida y a la vez infortunada vida de Boris Vian, el narrador, dramaturgo, poeta, cantante, actor, trompetista de jazz, sátrapa de la patafísica e ingeniero mecánico más entrañable del siglo XX. Además de sus principales hechos biográficos, aderezados buenamente por dibujos animados y delirios muy acordes con el imaginario del autor, asoman por allí, en persona o nombre, varios de los principales literatos franceses de la época: Raymond Queneau, fiel lector de Vian (y, a la postre, uno de los padres del Oulipo), como promotor entusiasta de sus obras; el bizco (y viscoso) Jean-Paul Sartre, papa cultural del momento, quien primero lo protegió y exaltó y luego sedujo a su esposa Michelle; el envarado pero digno Gaston Gallimard, el más significativo editor francés del siglo; el irritante Jean Paulhan, de quien Vian se burlaba mostrándole una cortesía a todas luces absurda; el altanero André Malraux, quien detestaba al autor de La espuma de los días y obligó a Gallimard a no concederle el premio literario de La Pléiade, para el que había sido votado por mayoría, y otorgárselo a un tal Jean Grosjan, a quien, hace poco, un atinado reseñista argentino describía como un pobre tipo “olvidado hasta para Google”. Más que para inyectar en el espectador la fascinación por la inventiva y encanto de Vian, misión que ni ésta ni ninguna película podrían hurtarle a la lectura de sus obras, la contemplación de la cinta sirve para calibrar la importancia que las filias y fobias tienen en el campo literario: privado del laurel que le habría dado un baño de prestigio incuestionable entre sus contemporáneos, enfrentado por diversos motivos (del adulterio a la decepción) con quienes lo apoyaban, Vian se refugió en la burla íntima pero descarada del medio literario y terminó su vida como un apestado, multado por la “obscenidad” de sus novelas, abucheado por el antimilitarismo de sus canciones, olvidado por un público voluble e hipócrita. El futuro de Francia y de las artes le reservó, eso sí, una venganza sensacional: su humor negro, su sátira a las cegueras del patriotismo, el racismo y la religión, su lirismo onírico, su virulencia en el retrato de las debilidades humanas, fueron reivindicados a partir de los años sesenta por legiones de lectores. Pocas de las figuras literarias de la actual Francia dejan de rendirle pleitesía y las puertas de la consagratoria colección La Pléiade finalmente se le abrieron en 2010. Todo aquello sirvió de muy poco a Vian, muerto de un infarto en 1959; conocerlo y meditarlo, sin embargo, puede no resultar inútil para un cualquiera que aspire a escribir hoy mismo. Temas Artes Cultura El mundo alucinante Lee También ¿Por qué Santa Cecilia es considerada la patrona de los músicos? ¿Cuándo inician las posadas en México en 2024? Día Mundial de la Música: ¿Por qué se conmemora cada 22 de noviembre? Sheinbaum revela plan con presupuesto que era para organismos autónomos Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones