GUADALAJARA, JALISCO (27/DIC/2016).- En 2003, la escritora mexicana Guadalupe Loaeza presentó el libro “Las yeguas finas” donde desarrolla al personaje principal, “Sofía”, una pequeña que nació en los años 50 y que desde que tiene uso de la razón, no se siente plácida en una sociedad mexicana conservadora y donde tiene que pasar sus días en un colegio de monjas con siervas de Dios mal encaradas y gruñonas.Una década después, la escritora regresa con la secuela de esta saga cuyo título lleva por nombre “Las yeguas desbocadas” (Planeta), ahora “Sofía” tiene 16 años y sigue siendo la chica rebelde e intrépida, sólo que ahora le interesan otras cuestiones, los hombres, el deseo, la amistad y cómo su familia vive de las apariencias.Guadalupe sitúa su novela en el México de los años 60; inmiscuye a personajes de la realidad en esta ficción en la que contempla tres libros más: cuando “Sofía” viaja a París y se enamora de un polaco, cuando se casa y tiene hijos, pero también cuando se divorcia y se reencuentra con un hombre del pasado: “A ‘Sofía’ siempre le suceden situaciones límite. Y es un personaje que no deja de ser entrañable porque se cuestiona, observa, se siente que nadie la entiende —la malquerida— su mamá y ella no se llevan bien, vive en un caos familiar, pero lo interesante aquí es que yo trato de rescatar la época, la Ciudad de México en los años 60, la Zona Rosa, la gente que ‘Sofía’ se encontraba, José Luis Cuevas, Carlos Monsiváis en sus inicios. Trato también de describir ese sector de la sociedad mexicana que es muy clasista, muy discriminador, las mamás preocupadas por la virginidad de sus hijas, en fin, es todo un microcosmos el que describo”.—“Sofía” tiene una visión feminista para la época, la cual es coartada casi siempre…—Sí, la limitan. Además, ella no existe para su mamá, es como una herida que trae y que se le abre. Trata de distraerse, tiene lecturas más profundas, pero no entiende el mundo en el que vive. Es la pubertad y la adolescencia que es una etapa de crisis. “Sofía” tiene mucha honestidad y uno se encariña con ella, es víctima de las circunstancias, tiene una serie de retos y desafíos.—Este libro sale en un momento muy importante de transformaciones donde cada vez más mujeres son dueñas de su libertad, pero que también hay retrocesos en cuestiones políticas y sociales.—En los años 60 la voz de la mujer todavía no era escuchada, ya empezaba a votar, pero no podía perder la virginidad. El varón sí, porque para la mentalidad de ese entonces tenía que perderla desde los 14 años. Pero si ella la perdía iba a ser una “cuatro letras”. Entonces, la sociedad mexicana de ese momento era mucho muy hipócrita, con dobles mensajes.—¿Y este halo de conservadurismo aún permea en México?—Yo creo que todavía permanece; sobre todo, en lo que se refiere a la sexualidad. Por ejemplo, a ‘Sofía’ la corren del colegio porque les cuenta a sus amigas cómo llegan los niños al mundo. Aunque el otro día le llamé a mi nieta, porque quería hablar con ella y me dijeron que estaba en su taller de sexualidad y apenas tiene seis años… Entonces, las cosas han cambiado. Pero en esa época la sexualidad apabullaba mucho, había represión en esas casas.—Nos han vendido que el feminismo es negativo, que es un extremo del machismo, ¿usted cómo lo analiza?—Nos han dicho que están enojadas las señoras y que son unas histéricas y que lo que necesitan son un novio. Afortunadamente creo que las cosas han cambiado en muchos aspectos, pero persiste la discriminación y los tabúes con respecto a la sexualidad. Guadalajara es muy conservadora. Lo de las mujeres en el poder es muy interesante, las que iban por Hillary Clinton tendrán que seguir luchando, esto que sucedió queda como un aliciente para que vean que sí se va a poder. Nosotras tenemos cada vez más oportunidades, yo fui candidata para ser diputada federal por el décimo distrito, no he padecido ninguna censura, ni discriminación en mi trabajo, ahí vamos, la misógina aún existe, hay que reaccionar ante todo eso.—Y hablando de las mujeres en el poder, ¿cómo ve a las mexicanas, a Margarita Zavala y a Josefina Vázquez Mota?—Tienen todo el derecho a tratar (de ser presidentas de la nación). Aunque hay que tener claro que no hay que votar por una candidata sólo por el hecho de que es mujer; tiene que tener experiencia y ser calificada. No sé si Josefina se vaya a lanzar a otra vez, pero para Margarita el problema es el marido, yo creo que él ha de pensar que por ser su esposo la gente votaría por ella. Margarita es empática, tiene un discurso honesto, me parece que tiene sus cualidades, pero manejar un país en estos momentos es tan difícil, yo no veo a Margarita enfrentándose a Trump, no sé qué tanta experiencia tiene, no es nada sencillo. Hay otras experiencias interesantes de mujeres en el poder como en Alemania (Angela Merkel), Argentina (Cristina Fernández de Kirchner) y Chile (Michelle Bachelet).SABER MÁS Sin pararTras la presentación de “Las yeguas desbocadas”, Guadalupe continuará con la promoción de otros libros, con Pavel Granados tiene uno sobre Amado Nervo llamado “La última luna. El amor secreto de Amado Nervo”: “Tengo muchos proyectos que me interesan, voy a estar muy atenta de cómo vamos a reaccionar a los nuevos tiempos; por ejemplo, el que Estados Unidos haya elegido a un personaje como Donald Trump como presidente”.