El eco del 69 también se lee

GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/013).- Una mesa histórica. Un espacio donde se reunieron decanos de la literatura, academia, el periodismo y las ciencias sociales. De esas por las que bien vale la pena ir a la FIL. Así fue la presentación de ‘Otras voces y otros ecos del 68’, 45 aniversario del 68, material de Salvador Martínez Della Roca, quien ha estudiado desde distintas aristas este trascendental hecho social.

Todos de cabello plateado. Todos con amor por la palabra, la democracia y el debate. Al arranque de la mesa, el periodista Carlos Payán, incombustible luchador por la libertad de prensa, explicó que el libro “trata sobre la memoria, sobre lo memorable. Lo que no debe olvidarse. Porque lo que sucede en la segunda mitad del Siglo pasado, debe persistir”.

El texto se compone de 18 ensayos, de Rolando Cordera, Alejandro Encinas, Hugo Gutiérrez Vega, Carlos Martínez Asad, Carlos Payán, Federico Reyes Heroles, José Woldenberg, Benito Taibo e el propio Pino. Todos enfocados a ese México de 1968 que se encontraba en plena transformación política.

El decano de las redacciones y próximo honoris causa por parte de la Universidad de Guadalajara, añadió que el texto “debe servir como enseñanza para las generaciones venideras, una (la del 68) en la que unos jóvenes universitarios (…) se enfrentaron al poder público, y lograron que de alguna manera, la situación del país comenzara a cambiar”.

Por su parte, el rector de la UNAM, José Narro Robles, confesó que “el libro hay que revisarlo, analizarlo, considerar. Cuando me piden que presente libros, me gusta describirlos. Es producto del trabajo de compilación y de diseño del Pino”. El texto, agrega, es agradable y memorable por la calidad de personajes que en él escriben.
“Muchas cosas han cambiado desde entonces en el país. Y muchas cosas siguen igual. O peor. Yo selecciono dos: Desigualdad y pobreza. Seguimos teniendo un país lleno de contrastes. No se pueden cerrar los ojos si no reconocemos que muchos de los problemas siguen presentes e incluso de han agudizado, porque ahora tenemos 115 millones de habitantes”, agregó el rector de la máxima casa de estudios del país.

Figuras y disculpas

La estrella de la mesa fue Elena Poniatowska, recién nombrada premio Cervantes, quien desplegó su labia y chabacanería en un discurso donde no faltó nada. Desde el agradecimiento a la juventud que en esa época batalló por la libertad de expresión, hasta su abierto rechazo por la actual reforma energética que impulsa el gobierno de Peña Nieto. Desde el desvelo que implica la lucha social, el amor libre, la UNAM y el papel de la mujer como protectora social. Ella se llevó los aplausos, las fotos, la sonrisa de una atiborrada sala 3 de la FIL, que quedó chiquita, chiquitita ante la convocatoria de lectores y medios.

Finalmente, Salvador Martínez Della Roca señaló que en el libro escriben poquitas mujeres porque “todas estaban ocupadas. Como si los hombres no estuviéramos. Entre ellas Rosaura Ruíz, Marta Lamas. Le dije a muchas amigas mías, de la FIL, pero estaban muy ocupadas. Nomás lo digo para disculparme de por qué sólo parecen dos mujeres. No es mi culpa (risas)”.

De ribete

Al final de la mesa, una mujer del público protestó por la represión que sufrieron los manifestantes el pasado 1 de diciembre en la Ciudad de México. Desde la tribuna, aseguró que sueña con un México justo, democrático y con libertad.

Por cierto

En el evento estuvo presente Raúl Padilla, presidente del comité organizador de la FIL y académico de la Universidad de Guadalajara, quien previo a la presentación del libro, ofreció algunas palabras a los asistentes sobre la obra, que considera, marcó un punto de ruptura en la sociedad mexicana.

EL INFORMADOR / Juan Francisco González Rodríguez