El Santos y su detrás de cámaras muy mono

GUADALAJARA, JALISCO (22/OCT/2012).- Ni chilango, ni tapatío, ni chiapaneco, El Santos es un mexicano equis, pero que le va al Atlas. Es un luchador social, no de lucha libre. Un antihéroe. Si Superman, Batman y Spider Man representan mucho a los gringos, éste representa a los mexicanos. No es el Chapulín Colorado, no es de plata, no es el Santo. Es El Santos. Y luego de triunfar en las secciones de monos en los periódicos, sus creadores, Trino y Jis, lo avientan a la pantalla grande en la cinta El Santos VS La Tetona Mendoza, para que con su humor ácido conquiste la taquilla.

Jis cree saber porque todos estiman a El Santos. “Es que tiene un espíritu infantiloide que lo hace dar de tumbos y por eso nos encariñamos con él, porque es entrañable. Tiene todas las cobardías, huevonerías y necedades que cualquier hijo de vecino”. Tal vez esas cualidades lo hacen perfecto para acarrear a sus seguidores a asistir a las salas de cine.   

Pero antes de que llegue el estreno, los dibujantes han lanzado un libro inspirado en toda la experiencia que obtuvieron de llevar a su mono a la pantalla grande. “El libro es un tipo Behind the scenes que muestra cómo se fue creando todo, desde el casting, el trabajo de encontrar un guionista y hasta sobre cómo le echamos carrilla a nuestra productora”, comparte Trino.

En este libro titulado El Santo VS La Tetona Mendoza. El desmadre detrás de la película, Los Cerdos Gutiérrez, el Peyote asesino, Cabo Valdivia, Diablo Zepeda e incluso las personas involucradas en la producción, pero hechos monos, narran las peripecias y desventuras que vivieron durante toda la elaboración.

Todo lo que no se puede ver en la pantalla, se encuentra en El desmadre detrás de la película. “Lo primero fue conseguir un buen guión. Pasaron cinco, seis, guionistas, hasta que nos gustó el de Augusto Mendoza. Luego vino conseguir el director; estaba Toño Urrutia primero, después vino El Patas (Alejandro Lozano), que lo hizo muy bien. De ahí, el mayor problema fue crear una película para adolescentes y adultos, sin que el fan de El Santos se sienta defraudado. Y, al parecer, lograron su cometido, pues el mismo Trino agrega “creo que lo logramos. Hicimos, creo yo, la primera película animada en México, guarra”.