Viernes, 29 de Noviembre 2024
Cultura | El 31 de enero cerráran sus intalaciones

El Rojo Café se mantiene con 'respirador artificial'

El 31 de enero Rojo Café cerrará sus instalaciones, aunque Alfredo Saras destaca que podría surgir un milagro

Por: EL INFORMADOR

Cuenta regresiva. Se tiene programado que para el 31 de enero cierre el Rojo Café. FACEBOOK / Rojo Café

Cuenta regresiva. Se tiene programado que para el 31 de enero cierre el Rojo Café. FACEBOOK / Rojo Café

GUADALAJARA, JALISCO (24/DIC/2014).- Trece años de promoción artística concluyen para Alfredo Saras, fundador de Rojo Café, que ante las dificultades económicas ha decidido cerrar las puertas del espacio que fungió como plataforma de difusión para actividades culturales locales y nacionales.

El foro artístico que Saras lideró al pie de la calle Guadalupe Zuno, en la colonia Lafayette, se suma a la oleada de espacios independientes que desaparecen en Guadalajara, como recientemente lo han hecho La Casa Suspendida y Estudio Tres23, que de igual manera, trataron de mantenerse activos con una cartelera multidisciplinaria que albergó desde danza, pintura, literatura, música, teatro y cualquier otra manifestación que requiriera de un escenario para llegar al público.

Rojo Café significa más que un punto donde los sabores convocaban a jóvenes y adultos por igual, explica Saras al recordar a emergentes y consagrados artistas que desfilaron por la tarima y que ayudaron a construir una identidad cultural en el ingenio de Radiopatías, Silvio Rodríguez, Armando Palomas, Alejandro Filio y José Fors, entre otros.

Será el 31 de enero cuando Rojo Café respire por última vez, aunque Saras desataca que existe una pequeña esperanza de que surja un milagro económico que permita impulsar nuevamente al foro independiente y renacerlo en otro concepto o solamente dejarlo en pausa mientras los números se estabilizan en la cartera.

“La moneda está en el aire, pero de momento sí anunciamos este fin. Son muchos factores los que nos obligan a cerrar, desde la economía, algunas políticas culturales que no están hechas, problemas operativos dentro del espacio”, comenta Saras añadiendo la disminución de público que también ha mermado la recuperación de ingresos, tanto de los servicios de alimentación que ahí se ofrecen como de la misma cartelera.

“Por un lado tenemos agenda llena por mínimo cuatro meses adelante, es decir, hay mucha oferta artística , muchísima y muy buena, sin embargo, la misma no genera la derrama económica para cubrir al menos el punto de equilibrio”.

Gastos mayores

Es justamente la carencia de asistentes el principal golpe que origina el cierre de Rojo Café, pues los gastos fijos que Alfredo Saras y sus equipo de trabajo tenían que destinar mensualmente, es un monto que a duras penas se lograba sortear entre alquiler del inmueble, salarios, servicios básicos (luz, agua, gas), licencias y otros, que significan un desembolso mínimo de 90 mil pesos cada 30 días.

“Los gastos son más que los ingresos, simplemente de los permisos municipales van desde 15 mil hasta 20 mil pesos, tenemos nómina y eso incluye pago del seguro social”, destaca Saras al reconocer que también se atravesaba por un desequilibrio en la forma de ofrecer servicio a la clientela, además que de la afluencia de asistentes “fue muy notoria, no sé si porque Chapultepec se llenó de más bares, porque ya no interesábamos, faltaba difusión a nuestras actividades o porque no hubo apoyo por parte de otras instancias gubernamentales”.

“La pérdida de empleos y de un espacio de manifestación artística son los dos principales impactos que tiene el cierre de Rojo Café”, señala Saras.

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