Lunes, 21 de Octubre 2024
Cultura | Alberga un siglo de historia militar

El Museo Aviación Militar belga celebra 40 años

La temática de la exposición es la evolución de los aeroplanos bélicos

Por: EFE

La muestra permite al público apreciar increíbles aeronaves y diversos artefactos históricos. ESPECIAL  /

La muestra permite al público apreciar increíbles aeronaves y diversos artefactos históricos. ESPECIAL /

BRUSELAS, BÉLGICA (04/OCT/2012).- El Museo de la Aviación de Bruselas celebra sus 40 años de existencia con una muestra de la rápida evolución del diseño de aeroplanos bélicos desde principios del siglo XX, en un momento de estancamiento técnico debido a la crisis.

"Nos encontramos ante un periodo de dificultades económicas en el que los programas de investigación han sufrido algunos golpes en beneficio de la sanidad, la educación y la cobertura social", explicó el responsable de esa institución bruselense, Etienne Reunis.

Como museo de la Aviación se conoce informalmente a uno de los departamentos del Museo Real del Ejército y de Historia Militar de Bélgica, con un siglo de existencia, que alberga de forma permanente más de un centenar de aviones de combate, una de las colecciones más importantes del mundo.

Entre las piezas de la exposición destacan partes de modelos tan espectaculares como el globo aerostático Zeppelin L30, que utilizaba el ejército alemán y del que aquí se conservan dos de las barquillas del aparato.

Una de ellas fue utilizada en 1931 por el científico suizo Auguste Piccard (1884-1962) como parte de una cabina presurizada de aluminio, con la que buscaba llegar hasta la estratosfera y que cayó en los Alpes, donde permaneció abandonada durante años.

Reunis explicó que la exposición también incluye el avión de producción francesa Nieuport 23 de la I Guerra Mundial "único en el mundo", un hidroavión Schreck o un caza nocturno Mosquito, utilizado por la Real Fuerza Aérea británica durante la II Guerra Mundial.

Son aparatos poco comunes, especialmente los correspondientes al periodo de la Gran Guerra (1914-1918), y que en este museo son mayoritariamente originales, subrayó el experto.

En otros museos, explicó el conservador, "éstos han sido reacondicionados, por no decir reconstruidos en gran parte".

Una de las atracciones de la exposición es que el visitante puede tomar el mando de un simulador de vuelo del Hawker Hunter MK6, y pasearse entre aparatos tan legendarios como el caza monoplaza Spitfire o el avión biplano Tiger Moth, ambos utilizados por las fuerzas aéreas británicas el pasado siglo.

Reunis se refirió también a que la aviación militar y la civil atraviesan actualmente un periodo de ralentización en términos de desarrollo técnico en comparación a la situación durante las décadas de los 50 a 70 del pasado siglo.

"Las dos últimas décadas han sido años de estabilización técnica pero no hay razón para creer que el desarrollo de la aviación vaya a sufrir una interrupción que deba eternizarse", aseguró.

Reunis opinó que las empresas del sector, sobre todo las estadounidenses, aunque no exclusivamente, han puesto en marcha "proyectos extraordinarios" que aún son secretos pero que verán la luz en los próximos años: "Esta bella historia está todavía por escribir", señaló.

El desarrollo técnico hasta la fecha ya ha aportado innumerables aparatos notables: "Hay muchos aviones que me gustaría tener para completar la colección, especialmente la de aviones militares belgas. Aun así, por mucho que lo deseara, estoy seguro que nunca estaría satisfecho".

El modelo de avión más antiguo que alberga el museo es una réplica de un biplano de 1908, el mismo que pilotó el barón Pierre de Caters (1875-1944), el primer aviador belga, aunque también hay un ejemplar del caza interceptor soviético MIG-21 o un F-16 belga, el avión que utilizan actualmente las fuerzas aéreas del país.

La mayor parte de los aeroplanos en exposición proceden de las fuerzas armadas de Bélgica, que ceden su material una vez retirados de uso, aunque también hay donaciones oficiales de Gobiernos extranjeros como los de Canadá o Suecia, entre otros, así como del intercambio de aviones con otros museos y de particulares o adquisiciones propias del museo.

"Hay todavía muchas cosas por hacer en este museo pero intentamos dar una visión histórica, sin duda rápida, pero que, a la vez, esperamos que sea lo suficientemente completa", señaló Reunis.

El experto expresó su esperanza en la reactivación de la industria aeronáutica y que Europa se sitúe a la cabeza de este proceso, algo que juzgó posible después de que haya alcanzado a Estados Unidos en el campo de la aviación civil.

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