Viernes, 22 de Noviembre 2024
Cultura | El dibujante capitalino estará presente en la FIL para recibir un reconocimiento

“El Fisgón”, tal cual

El dibujante capitalino estará presente en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara para recibir un reconocimiento

Por: EL INFORMADOR

Esta tarde, en punto de las 13:00 horas “El Fisgón” recibirá el reconocimiento La Catrina, por su destacado trabajo como caricaturista.  /

Esta tarde, en punto de las 13:00 horas “El Fisgón” recibirá el reconocimiento La Catrina, por su destacado trabajo como caricaturista. /

GUADALAJARA, JALISCO (04/DIC/2010).- Un funcionario público de esos que aborrece la denominación de “burócrata” entra a su oficina caminando pesadamente, con un montón de periódicos bajo el brazo izquierdo mientras sostiene una taza de café negro con la mano derecha. Recorre la silla, que rechina de vieja (cuyo cuero alguna vez fue negro y ahora se acerca al gris Oxford) y se sienta, colocando de golpe los periódicos sobre el escritorio. Ojea una o dos páginas de cada diario y lee por encima las columnas de los analistas, que desglosan su trabajo con palabras rebuscadas y complejas ideas. Entonces llega al cartón político, donde aparece una mordaz crítica en su contra, muy simple y a la vez muy dura. Levanta la ceja y tuerce la boca. De repente el café al “señor funcionario” le sabe agrio y el resto de las páginas que iba a leer parecen estar en blanco. Maldice una y otra vez al autor del cartón que con humor negro, de forma socarrona y con apenas dos diálogos pulverizó lo que parecía un buen día. “Maldito seas… ‘Fisgón’”.
La escena se repite varias veces en el año, como se ha repetido en varios sexenios, con varios hombres y nombres de la política mexicana. El que permanece “agriándole” el café y haciéndole ver su suerte a los burócratas y figuras públicas sigue siendo el mismo: Rafael Barajas Durán, mejor conocido en el bajo mundo de los monitos como “El Fisgón”, editorialista gráfico e ilustrado de profesión que se ha convertido en un referente en el mundo de la crítica mordaz y caustica de la cual pocos políticos pueden presumir de salir limpios.
 
El arquitecto que perdió México

Nacido en la Ciudad de México el 1 de enero de 1956, “El Fisgón” se ha desempeñado como editorialista gráfico del diario La Jornada desde 1984. Su ingenio, alimentado por lo que parece ser una insaciable curiosidad, le ha hecho merecedor de varios reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Periodismo, que ganó en 1999.
Ese galardón justificó la rebeldía que tuvo en su juventud, al abandonar lo que parecía una prometedora carrera como arquitecto para dedicarse a hacer “monitos”, porque era lo que lo hacía feliz.
“Encontré cómo dedicarme a hacer monos y vivir de eso, aunque en casa tampoco les parecía del todo bien”, explicó en alguna ocasión “El Fisgón”. Y es que tuvo que vencer el azoro que provocó en su familia cuando les anunció que estaba más interesado en trabajar en el cartón político y no en la carrera que recién había terminado en la Universidad Autónoma de México, la de arquitecto, en 1981. Muchos funcionarios públicos de todos los rangos deben lamentar ahora que el ilustrador haya dejado de lado los planos y proyectos urbanísticos para dedicarse a lanzar mordaces señalamientos en La Jornada. “Qué arquitecto perdió el país”, deben pensar políticos, empresarios y diplomáticos que han visto retratados sus actos en los trazos de Barajas Durán, quien fue becario de la Fundación Guggenheim entre los años 2002 y 2003.
 
Un proyecto tras otro

Como los pianistas, “El Fisgón” vive de sus manos y de presentar su trabajo en diversos escenarios. Eso explica que en su prolongado currículo laboral se incluya La Jornada, Unomasuno, Nexos, El Chahuistle y actualmente El Chamuco, estas dos últimas publicaciones donde ha encontrado cómplices para bombardear con trazos y textos a los políticos del sexenio en turno.
Además de revistas y periódicos, Rafael Barajas ha dado forma a varios libros donde combina el texto, collage, grabados, dibujos, óleos, alegorías y cualquier elemento que le permita darle fondo a la obra, porque si algo ha caracterizado al dibujante es la profunda documentación e investigación que existe detrás de lo que parece ser un simple cartón, un método que comparte con el resto de sus compañeros de batalla en El Chamuco: Helguera, Patricio, Hernández y el legendario Rius, a quien califica como uno de los autores determinantes en su vida y gran influencia en su obra.
Entre sus libros se incluyen textos y dibujos de diversa índole, como La historia de un país de caricatura, Cómo triunfar en la globalización, La bola de la Independencia, Cómo la hacen de Pemex, La vendedora de nubes y Felipe de Jesús el pequeño, el último dedicado especialmente al Presidente Felipe Calderón, una de las “víctimas” preferidas en cada uno de sus cartones, aunque aclara que jamás hace un señalamiento a la ligera. “Cada libro o cartón va armado con una ardua investigación, que es básica para poder armar un ensayo desde la trinchera donde me encuentro, que es la de monero o caricaturista”.
 
De todos monos

Aunque parece ser un sujeto extremadamente politizado, “El Fisgón” ha trabajado gustoso  en proyectos que nada tienen que ver con la burocracia nacional, por ejemplo, con el escritor Francisco Hinojosa colaboró para ilustrar los libros infantiles La peor señora del mundo, Aníbal y Melquiades, A golpe de calcetín y Léperas contra mocosos.
El propio autor se ha confesado como un hombre de familia y no de oficina, al que no le gustan los políticos, aunque para su “desgracia” se la pasa dibujándolos. Ejemplo de su versatilidad la dio recientemente en Guadalajara, donde ejerció como curador de Te pareces tanto a mí, una exposición que se montó con objetos de la colección privada del recientemente fallecido Carlos Monsiváis, gran amigo de “El Fisgón”.
Un elemento que distingue especialmente la obra del monero capitalino ha sido el interés que despliega en el rescate de la historia de la caricatura mexicana, lo que quedó plasmado en libros como El país de “El Ahuizote” (sobre la caricatura política en el sexenio de Sebastián Lerdo de Tejada 1872-1876) y El país del llorón del Icamole: Caricatura de combate durante los gobiernos de Porfirio Díaz y Manuel González (1877-1884), entre otros.
El prestigio acumulado a lo largo de su carrera  le ha permitido al editorialista gráfico importar su trabajo a otras latitudes como España, Japón y Estados Unidos, países donde si bien no tienen la misma idiosincrasia del mexicano, sí poseen un fuerte sentido de crítica a su clase política.
 
De todos los calibres


Dicen que para un escritor o dibujante no hay nada más terrorífico que una página vacía. ¿Cómo comenzarla?, ¿a dónde conducir el tema?, ¿cómo rematarla? Esa pregunta ha aparecido de forma constante en la vida de “El Fisgón”, quien rara vez se repite en los tópicos que quiere plasmar en el rectángulo blanco.
La historia de México, sus mitos, leyendas, verdades a medias o ficticias han sido un tema constante para el dibujante. La sociedad contemporánea, sumida en su confusión, alienación, consumo, destrucción y holgazanería también ha recibido puntualmente los dardos de humor negro del monero a través de personajes como La Beba Toloache y el Charro Machorro.
La impartición de la justicia ha sido uno de los conceptos que peor salen parados de la pluma de “El Fisgón”, pues basta recordar cómo retrata la ineptitud de la policía en personajes como su célebre y corrupto oficial Mike Goodness y el Cabo Chocorrol.
Mención aparte merece la política nacional, donde Barajas Durán suele apuntar el grueso de su artillería. Fraudes, mentiras, “cochupos”, tranzas, demagogia, ignorancia y la violencia son los “atributos” que el dibujante le ha endilgado por igual y durante décadas a presidentes, gobernadores, diputados, senadores y funcionarios de cualquier rango y dependencia. Empresarios, diplomáticos, prelados y figuras públicas entran en el mismo saco cuando es necesario, pues para el monero los personajes intocables y puros no existen una vez que el cuadro blanco se está llenando de trazos.
Entre más poderosa es la figura, es más probable que termine retratado gracias al lápiz de “El Fisgón”, y si no, que le pregunten a Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y ahora a Felipe Calderón.
 
Un motivo para sonreír


Unos dicen que escribe demasiado para ser monero. Otros creen que dibuja demasiado para ser escritor. A las convenciones de cómics no lo invitan porque sus personajes, aunque parecieran haber salido de un bizarro cuento de ficción, son fieles duplicados de los personajes de la realidad.
En un acto de justicia de la literatura o simplemente para causarle un retorcijón a más de un político, Rafael Barajas Durán estará presente en el Encuentro Internacional de Caricatura e  Historieta, que se lleva a cabo en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2010 para recibir La Catrina, en reconocimiento a su trayectoria, una escultura de bronce que en el pasado han recibido personalidades como Helio Flores, Rogelio Naranja y José Palomo, entre otros.
Y mientras esté en la Perla Tapatía es probable que muchos funcionarios, empresarios y figuras públicas se cuiden de cometer algún error en su proceder público, no vayan a ser los próximos en aparecer retratados por la afilada pluma de “El Fisgón”, cuyos cartones son capaces de dibujar una sonrisa en todos menos uno: El que allí aparece.

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