El FCE organiza ligues en Tinder con personajes literarios

GUADALAJARA, JALISCO (11/DIC/2015).- Si eres un soltero de la lectura y formas parte de los mexicanos promedio que leen menos de cinco minutos al día, el FCE encontró la mejor manera para enamorarte de la literatura. El fondo, junto con la agencia de publicidad OnlyIf realizaron una campaña para fomentar la lectura con el uso de la red social Tinder.

La aplicación es utilizada por millones de personas para conocer amigos y amantes, sin embargo, los chicos de OnlyIf llevaron la experiencia a todo un nuevo nivel. La idea es reducir la estadística de lectura en México y enamorar a los usuarios con la misma aplicación.

Es así que el proyecto incluyó la creación de perfiles basados en algunos personajes de la literatura. La selección incluyó a Carlota, de “Noticias del Imperio” de Fernando del Paso; Teódulo Batanes, de la “Antología Policiaca” de Rafael Bernal; Demetrio Macías, de “Los de abajo” de Mariano Azuela; Inmaculada de “Inmaculada o los placeres de la inocencia” de Juan García Ponce y Leticia Barba de “Los talleres de la vida” de Ricardo Elizondo Elizondo. Estos personajes tuvieron sus propios perfiles en Tinder y Facebook, desde donde fueron visibles para otros usuarios que posiblemente se enamorarían de ellos.

Luego de hacer un “match” en Tinder, el usuario comenzó una charla con el personaje de la literatura, charla que se podía extender más de los cinco minutos para así romper con la estadística. En ella, los usuarios podían conocer más al personaje por medio de fragmentos de los libros a los que pertenece. Al término de los cinco minutos, el personaje revelaba su identidad y también le regalaba un capítulo del libro en formato electrónico.

Pero la situación no terminó ahí para algunos de los usuarios. A ellos los invitaron a una cita real donde el interesado se encontró de frente al libro del personaje, mismo que contenía una nota en la que indicaba la página en la que podría conocer más sobre su persona.

Según la agencia OnlyIf, la idea era que la gente viviera una experiencia distinta para despertar su interés por la lectura, para que se enamoraran de ella sin tener que acudir a un libro directamente, sino mediante algo más simple.