El Cervantes a una Sancho Panza

GUADALAJARA, JALISCO (24/ABR/2014).- Elena Poniatowska es como una escudera; una fiel compañera de aquellos que están a pie de lucha, como lo fue Sancho Panza, el fiel amigo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, personaje que ha trascendido a través del tiempo y que nació —literalmente— de la tinta de la pluma que empuñaba Miguel de Cervantes.

Por eso al recibir el Premio Cervantes, el máximo galardón que se entrega a la literatura de habla hispana, la autora de “La noche de Tlatelolco”, evocó su andar característico junto a aquellos que a veces se enfrentan a las causas desesperadas, “los que duermen a la buena ventura y confían en una cronista impulsiva que retiene lo que le cuentan”.

En su discurso de recepción del premio y visiblemente emocionada, la escritora —una de los cinco mexicanos que se ha hecho con el galardón; así como la cuarta mujer en recibirlo— señaló que “ningún acontecimiento más importante en mi vida profesional que este premio que el jurado del Cervantes otorga a una Sancho Panza”.

Destacó asimismo su gozo por caminar en su faceta de reportera, junto a los “niños, mujeres, ancianos, presos, dolientes y estudiantes”, con la misión de ir más allá de la propia vida, “estar en las otras vidas (…) Me enorgullece caminar al lado de los ilusos, los  destartalados, los candorosos”.

Reconoció que el poder del dinero se está apropiando del mundo, aunque destacó que aún hay algunos —los menos—que se resisten a su fuerza, “montados en Rocinante y seguidos por Sancho”.