Jueves, 28 de Noviembre 2024
Cultura | El gusto por la armonía tradicional

Eduardo Diazmuñoz: la música por placer

El reconocido director, quien ha estado al frente de la Filarmónica de la Ciudad de México, asegura que hay un regreso a la tonalidad

Por: EL INFORMADOR

Eduardo Diazmuñoz es uno de los músicos más reconocidos del país. Afirma estar entusiasmado por su nueva etapa como docente.  /

Eduardo Diazmuñoz es uno de los músicos más reconocidos del país. Afirma estar entusiasmado por su nueva etapa como docente. /

GUADALAJARA, JALISCO (27/NOV/2011).- Sentado en el banquillo del piano, Eduardo Diazmuñoz recurre a él a la menor provocación: para interpretar la primera sonata que lo hizo enamorarse de la música, para mostrar la estructura de una canción, para explicar las tendencias en el dodecafonismo y el tonalismo, o ejemplificar el arte de dirigir una orquesta, que en sus palabras se trata de “una coordinación de voluntades”.

Diazmuñoz es uno de los músicos vivos más reconocidos en México. Estudió en el Conservatorio Nacional y poco antes de graduarse debutó como director de la orquesta sinfónica de la institución con apenas 22 años. Desde entonces ha dirigido más de 100 conjuntos orquestales nacionales e internacionales, se ha involucrado en la docencia en distintas escuelas de música, ha sido nominado 2 veces al Grammy Latino al frente de la Filarmónica de la Ciudad de México y de la Orquesta de Baja California, y ganador de ese galardón en la categoría de Mejor Álbum Instrumental con la Filarmónica de Bogotá.

De visita en Guadalajara para anunciar su reciente incorporación a la Academia de Música Fermatta como Director de Revisión Académica, el compositor, pianista, arreglista-orquestador, productor, ensayista y profesor, afirmó estar muy entusiasmado por esta nueva etapa en su faceta como docente.

—¿Cuáles diría que son las tendencias actuales en la música formal?

—Ya está muy diversificado porque desde que se empezó a incorporar la música electrónica en los sesenta, ha habido muchos avances en esa dirección. De hecho hay obras que son específicamente para cinta pregrabada y flauta por ejemplo, o sampleados con piano en vivo. Lo que yo si noto es que en general hay un regreso a la tonalidad, a la armonía tradicional. En los cincuenta Shönberg y Berg pensaron que el dodecafonismo era una nueva manera de hacer música porque ya 300 o 400 años de música tonal estaban agotados. Ellos siguieron ese camino y lo enriquecieron de alguna manera, pero llegó un momento en la que se paró y ya no continuó. Y es que la tonalidad va más acorde a la naturaleza humana porque tenemos ritmo, tenemos una sensación de suspenso, reposo, conclusión, desarrollo: todos esos elementos que están desde en una simple canción hasta en una sinfonía. Todos los compositores están volviendo, cada quien a su manera a la música tonal.

—Y es que es mucho más difícil apreciar ese tipo de música.

—Sí, porque es más intelectual, más conceptual, y claro, eso reduce el número de escuchas. La pelea de la Segunda Escuela de Viena era justamente que había que sacarlos de su zona de confort, entender que esto es una serie (toca un fragmento atonal). Y bueno, pues sí me dice algo, pero no me está emocionando como esta otra melodía. Es totalmente distinto. El mismo Stravinski siguió esa escuela, hizo algunas obras pero no quedó muy contento con ellas, y después llegó a decir que todavía había mucha música por componer en cuatro cuartos y en do mayor.

—¿Cuáles son algunos de sus compositores preferidos?

—Son muchísimos. Quién más me influenció desde niño fue Mozart porque yo escuchaba mucho a mi hermana que tocaba esa famosa sonata y dije yo la tengo que tocar algún día. Wagner me influenció mucho, Beethoven, Brahms, Debussy, Bartok. Stravinski yo creo que es mi influencia más fuerte, incluso mucha gente dice que mi música es una especie de champurrado entre Stravinski, Bartok y Silvestre Revueltas, nuestro mexicanísimo Silvestre.

—¿Suele incluir en sus repertorios compositores más contemporáneos?

—Si la manufactura de la obra es buena, lo hago. Con el ensamble de la música nueva que dirigí en Miami y ahora en Illinois por 5 temporadas, hicimos Augusta Read Thomas, un concierto para piano. Y sí me interesa mucho que los compositores vivos tengan una interacción con el público y con los estudiantes. Es un entrenamiento muy importante que los muchachos sepan que los compositores vivos son igualmente importantes que los que se murieron hace 300 años . Y también hay una responsabilidad de difundir.

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