Cultura | El musicólogo Gabriel Pareyón comparte un listado de piezas clásicas mexicanas Diez obras que hay que escuchar El musicólogo Gabriel Pareyón comparte un listado de las piezas clásicas mexicanas que no deben pasar desapercibidas Por: EL INFORMADOR 24 de julio de 2015 - 00:42 hs Pareyón criticó el centralismo cultural en el país y lamentó la carencia de la UdeG en la especialización musical. EL INFORMADOR / P. Franco GUADALAJARA, JALISCO (24/JUL/2015).- La música clásica mexicana engloba un extraordinario patrimonio sonoro y es, además, igual de valiosa que la música extranjera. La gran mayoría de la sociedad mexicana atribuye a la banda y al norteño una mezcla de ritmos y melodías que dominan el panorama de la escena musical mexicana; sin embargo, para su creación y consolidación se necesitó el trabajo de distinguidos compositores mexicanos que con esfuerzo y dedicación lograron representar la música clásica en México y en el mundo. Por eso es que Gabriel Pareyón, investigador, musicólogo y compositor, comparte una lista de las 10 obras clásicas que toda persona debe escuchar antes de morir; esto como parte del programa “Los 10 imperdibles. Arte para moribundos” que impulsa la Secretaría de Cultura de Guadalajara. Y si bien la charla que recientemente impartió en la Librería del Fondo de Cultura Económica “José Luis Martínez”, estaba más orientada los sucesos de la historia de la música en el país, Pareyón se dio un tiempo para recorrer algunas de estas obras que no pueden pasar desapercibidas. 1.- Xicochi Conetzintle (duérmete mi niño), Gaspar Fernandes (1566–1629). En medio de un fervor religioso y de erradicación a los viejos cultos, los pueblos mexicanos ante —los ritos españoles— comenzaron por acudir a las parroquias y catedrales para ser evangelizados. “Los curas querían familiarizar a los indígenas a los cultos cristianos, enseñándoles pasajes en latín. Finalmente el náhuatl termina por desaparecer en las misas”, explicó Gabriel Pareyón. Esta una pieza importante en la historia de México al contener frases náhuatl y latinas. 2.- La reina de las flores, Tomas León (1826-1893). Posteriormente, el gobierno decide no apoyar a la educación indígena y las orquestas en las catedrales novohispanas se desvanecen. “Con el surgimiento del piano, la música se vuelve laica y a su vez se forman teatros de ópera italiana”, indicó el investigador. “La reina de las flores” —primer movimiento de “Cuatro danzas habaneras”— era una canción para bailar, generándose principios básicos para lo que después se llamaría “baile de salón”. 3.- Estrellita, Manuel M. Ponce (1882-1948). Entre los años 1875 y 1900, los jóvenes compositores comienzan a recriminar a sus maestros por enseñarles y obligarlos a tocar música de origen español e italiano. De esta manera la música de Francia y Alemania toma un punto relevante en México. “La melodía de ‘Estrellita’ —compuesta en 1912— fue una de las canciones más emblemáticas de la época”, detalló Pareyón. Aunque, en el caso de Manuel M. Ponce, muchas de las letras que usó en sus composiciones musicales no las escribió él, sino que sólo las musicalizó. 4.- Aires nacionales mexicanos, Ricardo Castro (1864-1907). El compositor incluye melodías del pueblo para llevarlas al piano. Este periodo fue denominado “Nacionalismo musical mexicano”. Gabriel Pareyón advierte que ésta es una obra importante, debido a que en 200 años no existió un compositor mexicano que retomara piezas musicales de las pulquerías, los burdeles y los palenques, para llevarlas a los acordes del piano. 5.- Zapotlán, José Rolón (1876-1945). Originario de Zapotlán, José Rolón —fundador de la Orquesta Sinfónica de Guadalajara— comenzó a hacer música con sones bailables y temas de indígenas con piano. Adicionalmente, llega para romper paradigmas, a lo que Pareyón define como un movimiento que no pierde sus influencias francesas, pero que tampoco sigue los mismos lineamientos de música clásica de compositores mexicanos. “Rolón toma un par de temas del mariachi coculense y del Sur de Jalisco, convirtiéndolos en temas sinfónicos”. 6.- Pueblerinas, Candelario Huízar (1883-1970). Después de un nacimiento intelectual en la música, gracias a Manuel M. Ponce, se establece un periodo de madurez musical y visual que dio origen a otras grandes piezas, como es el caso de “Pueblerinas”, un retrato, como muchas de las obras de Huízar, que exalta la grandeza y belleza de la provincia. 7.- Sensemayá, Silvestre Revueltas (1899-1940). “Sensemayá” es un poema sinfónico, melodía con un ritmo distinto a las piezas anteriormente mostradas: “Silvestre la toma desde un poema de Nicolás Guillén llamado ‘Sensemayá’, la cual tiene frases nítidas con un léxico claro, pero también tiene partes rítmicos sin un significado”. “Sensemayá. Canto para matar a una culebra” fue una de las últimas obras de Revueltas (anterior a “Diario en el sanatorio psiquiátrico”, “La noche de los mayas” y “La coronela”) y una de las que le dio más reconocimiento mundial, hasta convertirse en una de las más interpretadas. 8.- Balbuceos para piano metamorfoseado, Julián Carrillo (1875-1965). Es sin duda una de las favoritas de Gabriel Pareyón, al ser un compositor con ideas revolucionarias a la música, trayendo a esa época fragmentos de tonos más pequeños en la escala cromática, explicada en su teoría musical; además de crear junto su hijo pianos con calibraciones diferentes a los de esa época. “Para mí es el músico con más independencia estética de la música en México”, comentó Pareyón. 9.- Yuunohui’ Se’ Ome’ Yei’ Nahui, Julio Estrada (1943). Similar a las obras de Julián Carillo, “Yunohui ´ se ´ ome ´yei ´ nahui”, nombre en náhuatl, es una composición que se distingue de las demás clásicas obras mexicanas al proponer la mezcla de distintos tiempos, ritmos y sonidos. 10.- El paraíso de los ahogados, Carlos Jiménez Mabarak (1916-1994). A partir de la muestra musical de Carlos Jiménez Mabarak como de otros compositores, la música electrónica comienza a tener una repercusión en el gusto del público. “A partir de esta etapa viene el florecimiento de este estilo”, argumentó José Pareyón. Grandeza y miseria Actualmente en México son pocos los eventos para difundir y ejecutar la música de conservatorio en México. Gabriel Pareyón afirma que “hay un enorme daño en el país a raíz del centralismo cultural, estoy muy pelado con ese tema. En el Distrito Federal hay 10 teatros, 10 Orquestas Sinfónicas, como 20 coros amateurs profesionales y en Guadalajara padecemos de este problema”. No obstante, destaca que sí hay una nueva generación que está formando cosas interesantes. Se refiere específicamente al Proyecto Caos, liderado por Demian Galindo. “Hay lugares, pero de que necesitamos una Orquesta de Cámara Experimental y más eventos de este tipo, los necesitamos”, reveló Pareyón. En el mismo sentido, Pareyón se refirió a la Universidad de Guadalajara con especialidad en Música como una institución con gran escasez, “tiene más carencias que la escuela de música que Apatzingán, y no estoy exagerando”. Temas Conferencia Compositores Música Clásica Lee También Beyoncé, la dueña de los Grammy ¿Cuál es la mejor canción de Red Hot Chili Peppers, según la IA? “Empezó como un sueño y hoy es una realidad”: Edith Márquez Gabito Ballesteros y Anuel AA estarán en el Super Bowl LIX Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones