Viernes, 29 de Noviembre 2024
Cultura | POR MARÍA PALOMAR

De lecturas varias

Le Carré es el seudónimo de David John Moore Cornwell, nacido en Inglaterra en 1931, que es el maestro indiscutible de la novela de espionaje desde hace cinco décadas

Por: EL INFORMADOR

María Palomar.  /

María Palomar. /

La novela como mecanismo, artefacto o artificio (que suena más bonito y más clásico) ha sido tema de incontables y generalmente aburridísimas tesis de filólogos deconstructivos y gente así, que por lo que se ve gozan tanto de la lectura como un sordo de un concierto.

Pero el lector atento no puede dejar de apreciar (de preferencia disfrutándolo) el prodigioso aparato que los mejores artesanos de la palabra montan para engañarlo y seducirlo.
 
John le Carré publicó su vigésimo primera novela, A Most Wanted Man, en 2008. En español salió en 2009 (El hombre más buscado, Plaza y Janés). Le Carré es el seudónimo de David John Moore Cornwell, nacido en Inglaterra en 1931, que es el maestro indiscutible de la novela de espionaje desde hace cinco décadas.

Su primer gran éxito, aunque ya tenía dos libros anteriores, fue El espía que surgió del frío (1963). Probablemente su único auténtico rival haya sido su compatriota Graham Greene (1904-1991), pero de las muchas novelas de Greene sólo unas cuantas son de espías, mientras que Le Carré ha dedicado al género toda su obra.

Con la sencillez de un zapatero o una costurera, dice que eso es lo que sabe y le gusta hacer.
Las novelas de Le Carré han ido siguiendo la historia de los últimos cincuenta años a través de la actividad de los servicios de inteligencia desde los tiempos álgidos de la Guerra Fría hasta la actual, desbrujulada lucha contra el fantasma del terrorismo, pasando por los líos sin salida del cercano Oriente, por Hong Kong y Panamá, el Congo, Rusia y sus ignotas repúblicas satelitales, y por supuesto Alemania, donde cristalizó por décadas el conflicto de aquel mundo bipolar y donde, a juzgar por esta más reciente novela, siguen pasando cantidad de cosas.

Por ejemplo, en Hamburgo estuvieron un buen rato los que luego volaron las torres de Nueva York.
Le Carré, como también Greene, trabajó para los servicios de inteligencia británicos. Fue secretario de embajada en Bonn y cónsul en Hamburgo, una ciudad que está claro que le encanta y que es más que un simple escenario en El hombre más buscado.

También sus personajes son mucho más que los estereotipos de “el prófugo”, “el banquero” o “la abogada biempensante”. En el portal oficial de Le Carré, hay una estupenda entrevista en la que cuenta cómo fue formándose la novela en su imaginación (http://www.johnlecarre.com/mostwantedman.php).

Oírlo platicar de su obra es casi tan agradable como leerla. Y leerla es como observar esos relojes (de los mecánicos, claro) cuya panza se puede ver, todo en ella precisión y maestría, verdaderos triunfos del ingenio y de una pasión disimulada tras el humor y el buen oficio, que sabe que sólo merece ser expuesta a los lectores a través del trabajo difícil y discreto de contar mentiras creíbles.

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