Jueves, 21 de Noviembre 2024
Cultura | La distinción es un reconocimiento a su amor por el teatro

David Olguín está contento con Premio Nacional de Dramaturgia

El dramaturgo está feliz por haber recibido el ''Juan Ruiz de Alarcón'' 2010

Por: NTX

CIUDAD DE MÉXICO (22/MAY/2010).-El dramaturgo, director y productor David Olguín, quien recibió anoche el Premio Nacional de Dramaturgia 'Juan Ruiz de Alarcón' 2010, en reconocimiento a su compromiso con el teatro, se dijo contento por esta distinción.  

'Me da un enorme gusto, son de esas cosas que te caen del cielo, que no esperas. Creo que sí he trabajado mucho, hace 25 años estrené mi primera obra de teatro y mi primer texto escrito', indicó el creador nacido en 1963.  

La distinción se le entregó en Taxco, Guerrero, en reconocimiento a su amor por el teatro, reflejado en su dramaturgia, dirección de escena y aportes como productor.  

Jaime Chabaud, Hugo Hiriart y Martha Zavaleta integraron el jurado que votó por otorgar el premio a Olguín, al asegurar que encontró en la obra de éste 'una modernidad y capacidad expresiva que ya ha sido reconocida dentro y fuera de México, y está en pleno ascenso creativo'.  

 El galardón es convocado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), en colaboración con el Instituto Guerrerense de Cultura.  

David Olguín destacó que este premio es especial por varias razones en comparación con otros que se otorgan en México. Una de ellas es que lo conceden sus propios colegas, lo que le da un valor agregado y significado especial.  

Además, continuó, se ha convertido en un galardón que marca un momento determinado en la gente de teatro que lo ha recibido, y que es muy respetable, como Sabina Berman, Carlos Solórzano, Hugo Hiriart y José Ramón Enríquez.  

 Olguín, autor de obras como 'Bajo tierra', 'La puerta del fondo', 'El tísico' y 'Dolores o la felicidad' confesó que para él llega en un momento clave, cuando se siente a la mitad del camino dentro del terreno teatral.  

'Me siento en buena forma, me estoy haciendo preguntas más sofisticadas sobre mi oficio, poniéndome yo mismo retos más difíciles', acotó.  

Consideró que el paso del tiempo ha sido importante para su quehacer, ya que le ha permitido desarrollar ciertas habilidades para construir estructuras teatrales y manejar atmósferas que tienden más hacia lo abstracto, hacia lo onírico, además de que ha tenido un cambio muy marcando en cuanto a la carga de humor y ligereza en sus textos.  

De igual forma, expuso, ha variado su decisión por el arte escénico 'en el sentido de que soy más consciente de las herramientas y retos que implica el momento histórico del teatro en el país, cuando se vive un momento muy difícil.  

 'Cuando yo me involucré como espectador había más afluencia, el peso de los medios de comunicación no era el mismo, las tentaciones para el propio dramaturgo no eran las mismas, etcétera', refirió.  

Durante 25 años David Olguín ha emprendido una serie de proyectos y actividades que le han permitido abogar por el arte teatral. Ha escrito y dirigido numerosas puestas en escena, ha ejercido la docencia en diversas instancias educativas y está al frente de Ediciones El Milagro y del Teatro El Milagro, por mencionar algunos.  

 Esa experiencia le permite asegurar que el teatro es la más difícil apuesta en la escritura dramática, porque 'el universo de ficción lo sostienen las palabras, el diálogo; no así el guionismo, por ejemplo, que lo sostiene en gran medida la imagen.  

'Además, la escritura teatral implica una larga tradición y una visión hacia atrás, empezando por los mismísimos griegos'.  
Dijo que en su trabajo como dramaturgo lo inspira la verdad humana, la moralidad, lo que podría parecer un pleonasmo, cuando ha sido fuente de inspiración eterna para los creadores.  

Acotó que al crear no parte de prototipos, 'me niego a seguir modas, a ceder, a ser complaciente. Quiero seguir explorando de la manera más profunda el corazón humano'.  

Adelantó que en este momento escribe un texto sobre La Castañeda, el manicomio que Porfirio Díaz inauguró el 2 de septiembre de 1910, para celebrar el primer centenario de la Independencia de México.  

El tema lo eligió porque 'tengo la sensación cuando salgo a la calle de que cada vez hay más gente extraviada, indigente, y que siento que ocurrió de manera semejante en ese entonces; eran como los despojos de la modernidad, de los que se van quedando a lado, en las orillas'.  

Su idea es que el montaje de esta obra se estrene a principios de septiembre, en el Teatro El Milagro de la Ciudad de México. 

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