Martes, 26 de Noviembre 2024
Cultura | Por David Izazaga

Crónicas FILosas

Usted no puede hacer eso

Por: EL INFORMADOR

Charly llega a la FIL y se dirige, por la explanada principal, a la entrada de la Expo. Camina rápidamente y ni siquiera se percata que una chavita lo ha visto, a lo lejos, desde la puerta. ¿Qué irregularidad ha encontrado aquella mujer en el tipo de lentes, cabello chino y sonrisa casi permanente? Pues casi nada: que Charly trae colgado el gafete, pero para que no le cuelgue, se lo ha metido en la parte frontal de su camisa, justo donde está la bolsa, que quizá no fue hecha precisamente para guardar gafetes, pero ahí está.

La mujer aquella, pues, le pide a Charly que se saque de ahí el gafete. Y él quizá estaría en todo su derecho de no hacerlo, porque no ha firmado ningún contrato que lo obligue a ello, ni tampoco dice en algún lugar del gafete que si lo trae uno, no se lo esconda en la bolsa de la camisa y que hay que exhibirlo, sino lo sacarán a patadas del recinto.

Pero Charly es gente de paz, de manera que se saca el gafete de la bolsita de su camisa y deja que cuelgue y se ubique justo donde le nace la barriga. Cuando va a reiniciar su paso creyendo que ha complacido a la chava que lo había apercibido, nada, que vuelve de nuevo “a por él”. ¿Qué pasa ahora? Pues que Charly acostumbra guardarse, ahí dentro del plastiquito que contiene el gafete, todas y cada una de las tarjetas de presentación que va recolectando durante la jornada y eso, eso sí que no se puede hacer, según la chava vigilante del recinto y de las cosas que deben hacerse con el gafete.

La situación se complica ahora, porque cuando la vigilante le dijo que no podía meterse las tarjetas en el plastiquito del gafete, Charly le contestó: “Sí puedo, mire”, y comenzó a meter más tarjetas que traía en su bolsa del pantalón. Seguramente eso sí ya enchiló a la señorita de seguridad, porque inmediatamente pidió refuerzos: llamó a otro vigilante, para que la apoyara con esta embarazosa y terrible situación.

Llegó entonces un guardia de seguridad que le dijo a Charly que tenía que quitar de ahí las tarjetas y que el plastiquito era sólo para la bonita tarjeta de identificación. Cuando Charly le intentó rebatir con sus argumentos el asunto, el guardia le dijo que lo que sucedía es que había muchos casos de falsificación de gafetes, por lo que requerían estar atentos con esta situación.

Charly comprendió que era suficiente, de manera que sacó de ahí las tarjetas, los guardias quedaron complacidos y como siempre ha sido “rebeldón de nacencia”, cinco pasos después, las volvió a guardar donde mismo.

2. Lola está en la sala de prensa de la Expo. Con su café en la mano sale de ahí para dirigirse a no sabe dónde. Al llegar al área común donde están los salones grandes, mientras le da un sorbo al vasito desechable que contiene el café, una chavita se le acerca y le dice que no puede hacer eso (si hubiera sido Charly, ya se sabe: sí puedo mire… y etcétera). Lola, extrañada, le pregunta que qué pasa. Y la chava le dice que ahí no se puede tomar café, porque “ya han manchado mucho la alfombra porque luego se les tira”. Lola se quedó con las ganas de decirle que a ella, por lo general, no se le escurren los líquidos de la boca cuando los está bebiendo.

No cabe duda de que la seguridad en la Expo está “curiosita”. Qué dirán cuando sepan que en mi mochila cargo piedras.

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