Lunes, 16 de Septiembre 2024
Cultura | La película 'Viridiana' fue protagonizada por Silvia Pinal

Consagran a Buñuel

Una cinta clave en la historia del cine es 'viridiana', basada en la novela Halma, de Benito Pérez Galdós

Por: SUN

Para Buñuel 'Viridiana' es la película que continúa su trayectoria de cineasta desde que rodó La edad de oro. ARCHIVO /

Para Buñuel 'Viridiana' es la película que continúa su trayectoria de cineasta desde que rodó La edad de oro. ARCHIVO /

CIUDAD DE MÉXICO (23/NOV/2013).- Se escucha música de Mozart; se escucha el Mesías, de Händel; se escucha la Novena Sinfonía, de Beethoven. Envuelta de un misticismo muy permeable para la pantalla grande, aparece la novicia Viridiana, interpretada por Silvia Pinal, quien a punto de tomar los hábitos debe abandonar el convento para visitar a su tío don Jaime (Fernando Rey), responsable del pago de sus estudios.

Durante su visita, don Jaime intenta retenerla y violarla; al no lograrlo, se suicida, provocando que Viridiana renuncie a ser monja y permanezca en la mansión practicando la caridad cristiana. La llegada de Jorge (Francisco Rabal), hijo natural de don Jaime, cambiará definitivamente el destino de la joven.

Esta podría ser, a grandes rasgos, la sinopsis de una cinta clave en la historia del cine. Basada en la novela Halma, de Benito Pérez Galdós, Viridiana recibió el máximo galardón en el Festival Internacional de Cine de Cannes, la Palma de Oro, así como la ovación unánime del público y el jurado; sin embargo, un artículo muy hostil, publicado en el periódico oficial de El Vaticano, provocó su prohibición en España. No obstante, este filme es mucho más que eso. En voz del propio Buñuel, "es la película que continúa más estrechamente mi trayectoria de cineasta desde que rodé La edad de oro. De toda mi obra, estas dos películas son, definitivamente, las que he dirigido con mayor libertad".

Estas palabras del genio aragonés ponen de manifiesto que Viridiana es una obra de y por la libertad, que estalló precisamente en la España Franquista, convirtiéndose en un gran escándalo. Con esta obra, Buñuel devolvió a su país de origen el esplendor cultural que la dictadura había silenciado, usando la libertad que tanto apreciaba para hacer lo que más le motivaba: penetrar en el subconsciente colectivo de la tradición española y liberar el pensamiento de los prejuicios sociales e individuales.

Buena parte de la fuerza de la película reside en el guión, del cual, según Buñuel, "la película sale ya casi acabada". En Viridiana, el trabajo de pluma se nota en la profundidad que tienen sus personajes, dotados de tintes surrealistas y, también, en los ambientes en los que transcurre la trama, que hablan por sí solos. Un ejemplo de ello es la residencia de don Jaime, alejada del bullicio, como si se tratara de su propia fortificación, en la que vive sus fantasías sexuales recordando a su difunta mujer, quien murió la noche de bodas.

En las páginas del guión, Buñuel intenta plasmar una visión del ser y las situaciones en las que vive, haciéndolo con su estilo más personal a través de la contradicción y el deseo, que representan las dos claves de acceso para acceder a su obra.

La censura franquista objetó el final original de la cinta, en el que Viridiana llamaba a la puerta de su primo, él abría y ella entraba, cerrando la puerta tras de sí. Obediente, Buñuel propuso un final diferente, en el que Jorge, Viridiana y Ramona, la sirvienta, juegan a las cartas, en una sutil referencia a un menage à trois, que terminó siendo más pernicioso que el primero y que, irónicamente, fue aceptado sin reparos por los censores.

"Viridiana es la mirada más feroz y genial que se haya permitido el cine sobre la institución de la beneficencia, y a esa condición está atada buena parte de los rasgos que la convierten en una obra maestra cabal. Una entre muy, muy pocas. Pero la mejor película de Luis Buñuel va -ve- más allá de la caridad cristiana. Y otras instituciones, tanto o más hipócritas, comparten el privilegio, si se le puede llamar así, de atraer la atención del hombre de Calanda", señala Guillermo Ravaschino, cineasta y crítico.

Rodada en España como respuesta a un tramposo convite de Francisco Franco -resignado a repatriar a Buñuel, quien arrastraba 25 años de exilio en nuestro país, para beneficiarse con su fama-, Viridiana fue cualquier cosa menos lo que esperaba el dictador.

"Al día siguiente de alzarse con la Palma de Oro en Cannes fue prohibida en todos los cines de España. Tiempo después, en Milán, la obra de Buñuel provocó un escándalo similar al que 30 años atrás había desatado La edad de oro, su segunda película, y el realizador fue amenazado con la cárcel si pisaba Italia", cuenta Ravaschino.

"Párrafo aparte merece Silvia Pinal. Si bien se mira, se la verá asombrosamente parecida a otra platinada histórica: la que compuso Kim Novak en Vértigo, de Alfred Hitchcock. En apariencia muy diversos, los papeles son idénticos en determinado punto. Una trampa armada y desarmada por los hombres, ajena a su naturaleza, las convierte en marionetas a ambas por un largo rato", asegura Ravaschino, quien sentencia: "Viridiana es a la piedad cristiana lo que Apocalypse Now a la guerra: un retrato minucioso de verdades hondas disfrazadas con razones falsas".

Con todo este trasfondo, la cinta no podría menos que inspirar a un nutrido y experimentado grupo de creadores mexicanos para desarrollar una producción excepcional. El fotógrafo Carlos Morales, el fashion stylist Mauro Babún, los diseñadores Daniel Andrade, Julia y Renata, Diego Torreblanca, Rodríguez Naranjo, así como las firmas Pronovias y Dione aunaron talentos y esfuerzos para crear Viridiana Consacrée, un portafolio que, teniendo como telón de fondo la magnífica Hacienda Santa Lucía, ubicada en Jalisco, explora la riqueza, el poder y la inquietante transgresión de la obra de Luis Buñuel.

Las películas lo revolucionan absolutamente todo, incluso la moda, hasta el punto de cuestionarnos quién influye a quién. Más allá de las referencias icónicas de la industria cinematográfica y su romance con el glamour de Hollywood -de la gabardina Burberry de Humphrey Bogart en Casablanca (1942) a los deslumbrantes vestidos Prada de Carey Mulligan en The Great Gatsby (2013)- la costura y el celuloide constituyen un binomio que nos invita a soñar y, ocasionalmente, a transformar ese material en pautas creativas. La prueba está, justamente, entre tus manos.

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